Información general | Tragedia de Once

23/02

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Actos al cumplirse un año

Familiares de las víctimas de la tragedia de Once y sobrevivientes del accidente ocurrido hace un año participan de un encuentro musical en Plaza de Mayo en recuerdo de sus seres queridos, aunados con el pedido de justicia "sin banderas políticas". Por Joaquín Ramírez Souto Buenos Aires, 23 de febrero de 2013. En el primero de los actos de la jornada, los familiares rindieron homenaje a las víctimas del accidente ferroviario en los andenes de la estación Once. Los pasajeros que llegaban en el tren veían la escena y aplaudían.

Este viernes 22, a las 8.32 de la mañana, se cumplió un año de la fatídica tragedia de Once, donde 51 personas perdieron la vida y otras 700 resultaron heridas. A esa hora ayer, en el andén 2 de esa misma estación, los familiares de las víctimas iniciaron el primero de una serie de actos en su homenaje. Lo inició el sonido de una sirena. Luego, fue el turno del silencio. Durante un minuto.

Agrupados al borde del andén donde se produjo el choque de la formación aquel 22 de febrero de 2012, los familiares y amigos recordaron a las víctimas con un enfático pedido de justicia. Poco después, se encendió una hilera de velas, distribuidas al borde del andén, como símbolo de ofrenda. Al lado de cada una de ellas, una rosa roja, que luego algunos se llevaron y que otros arrojaron a las vías.

Entre los primeros oradores estuvo Manuel Callau, quien en representación de los artistas del grupo Plataforma 2012 leyó un texto en el que pidió “que el crimen no quede impune”. El actor remarcó que “no fue una fatalidad ni un accidente, sino un crimen social largamente anunciado”. Luego hizo un recorrido histórico en el que fue enumerando a los distintos dirigentes políticos “responsables del estado y el funcionamiento de los trenes”. La reacción fue homogénea y fueron abucheados todos los funcionarios mencionados, desde los menemistas hasta los integrantes del actual Gobierno.

Mientras el acto se desarrollaba, se hicieron escuchar también los aplausos y el apoyo de los pasajeros que llegaban por otros andenes a la estación terminal. Por su parte, delante de los molinetes, una veintena de trabajadores del ferrocarril Sarmiento sumaron su solidaridad. A sus espaldas desplegaron una extensa bandera negra con la inscripción: “ju5t1cia para las víctimas de Once”.

En Plaza de Mayo

Docenas de familiares con remeras blancas y negras que llevaban impresos los rostros de los muertos en el accidente ferroviario se ocuparon por la tarde del viernes, de distintas tareas preparatorias alrededor del escenario montado delante de la Pirámide de Mayo, mientras recibían constantes muestras de afecto de quienes acompañaron la manifestación.

"Queremos que este acto siga con el espíritu de memoria para las víctimas y de un franco pedido de justicia sin banderas políticas, tal como ocurrió esta mañana en la estación y este mediodía en la catedral", dijo a la prensa Paolo Menghini, padre de Lucas, el joven al que hallaron muerto dos días después del choque, en una cabina del tercer vagón.

Familiares de muertos y heridos repartían carteles con la leyenda "JU5+1CIA para las víctimas de la tragedia de Once" entre turistas y transeúntes que se acercaban a escuchar alguno de los espectáculos musicales que se sucedían en el escenario.

En la pantalla electrónica montada detrás del escenario los rostros de las víctimas se fundían con los de miles de ciudadanos que participaron de la campaña "500.000 caras por justicia", que los familiares llevaron a cabo durante todo el año.Sobre la baranda que separaba al escenario del público, cientos de personas dejaban pancartas o pequeños mensajes improvisados de solidaridad o pedido de justicia.

Juan Carr, titular de Red Solidaria, destacó "la reacción de distintos espacios sociales y políticos que abrazan con sinceridad a las familias en su reclamo de justicia" y lamentó que "algunos quieran obtener réditos personales". "Tengo fe en la madurez del pueblo que puede distinguir entre reclamo de justicia y oportunismo político de pocos", agregó el dirigente social.

Haydeé, madre de Juan Carlos -fallecido en el tren siniestrado- bregó para que "esto no vuelva a ocurrir. Por eso es importante que todos los argentinos nos acompañen, porque esta tragedia está más allá de cualquier bronca cotidiana", manifestó.

El acto central comenzó a las 19.45 con la proyección de un audiovisual que recordó cada una de los actos en reclamo de justicia que las familias llevaron adelante en los últimos doce años.

Luego tomó la palabra el premio Nóbel Adolfo Pérez Esquivel que señaló que "sabemos que las vidas que se perdieron no van a volver, pero tenemos que trabajar PARA que esto no ocurra nunca más".

Más tarde, familiares de las víctimas subieron al escenario para leer poemas y cartas que escribieron para cada uno de sus seres queridos.

Entre quienes asistieron al acto hubo, además, dirigentes políticos y sindicalistas opositores al gobierno nacional. Se acercaron al acto en Plaza de Mayo los diputados Enrique Tomas (Peronismo Federal); Victoria Donda y Claudio Lozano (FAP); y Patricia Bullrich (Unión x Todos), entre otros. También asistieron los sindicalistas enrolados en las filas de la CGT de Hugo Moyano, el canillita Omar Plaini y el titular de los judiciales, Julio Piumato. Desde el Frente de Izquierda participaron Vilma Ripoll, Jorge Altamira (PO), Luis Zamora, entre otros.

En el caso del PRO, las presencias fueron pocas pero allí dijeron presente miembros de La Solano Lima, organización que lidera el legislador macrista Cristian Ritondo.

Por su parte, un grupo de miembros del Movimiento Proyecto Sur, encabezado por el diputado Fernando “Pino” Solanas, marchó junto a trabajadores ferroviarios que lidera Rubén "Pollo" Sobrero, del cuerpo de delegados de la ex línea Sarmiento.

Promediando el acto los familiares leyeron un duro comunicado en el que reconocieron la acción judicial pero subrayaron las responsabilidades políticas de funcionarios y empresarios.

El accidente ocurrió el 22 de febrero de 2012, cuando la formación de la línea concesionada a la empresa Trenes de Buenos Aires (TBA), que circulaba desde la estación Moreno no alcanzó a frenar al llegar a la estación terminal de Once e impactó -a unos 20 kilómetros por hora- contra los paragolpes de contención.

Elevan a juicio oral la causa

El martes pasado el juez federal Claudio Bonadío dio por concluida la investigación y elevó a juicio oral la causa que estará a cargo del Tribunal Oral Federal Uno. En el juicio se analizará la responsabilidad de los 28 imputados, entre los que figuran los empresarios de TBA Sergio y Roque Cirigliano, los ex secretarios de Transporte Juan Pablo Schiavi y Ricardo Jaime y el maquinista Marcos Antonio Córdoba.

Los delitos por los que Bonadío mandó a juicio a los imputados son descarrilamiento culposo, que tiene una pena de uno a cinco años de prisión y que castiga a quien por imprudencia o negligencia produjo la tragedia, agravada por la cantidad de muertes. A ese delito se suma, en el caso de los empresarios y los funcionarios, la imputación por defraudación al procurar ganancias indebidas a partir de tener a cargo bienes que se pusieron bajo su responsabilidad y, por último, se les imputa también fraude contra la administración pública.

Es posible que las partes presenten nulidades y apelaciones respecto de las imputaciones, pero los cálculos indican que hay chances de que el juicio oral empiece antes de fin de año. Eso va a depender fundamentalmente de la agenda de juicios que tiene el tribunal que resultó sorteado. En Comodoro Py decían anoche que, tal vez debido al precedente de Cromañón, en este caso se está buscando abreviar los plazos. Esencialmente, porque se considera que al haber tantas víctimas no se las debe tener tanto tiempo esperando definiciones.

Si se toman en cuenta dos causas de impacto semejante, AMIA y Cromañón, el ritmo impreso al expediente de la tragedia de Once registra una diferencia abismal.
- El atentado contra la AMIA fue en 1994 y el final del juicio tardó nueve años.
- El incendio de Cromañón fue en diciembre de 2004 y el final del juicio oral fue en agosto de 2009, casi cinco años después.
- La tragedia de Once ocurrió el 22 de febrero de 2012, a un año ya está elevada a juicio oral y el cálculo es que las audiencias podrían empezar antes de fin de año o a principios de 2014, o sea a menos de dos años de los hechos.

Sin dudas, la naturaleza misma del choque estará en el centro del juicio oral. En su línea de defensa, los funcionarios y los empresarios insistirán en que el tren frenaba correctamente –lo cual fue certificado por todos los peritos menos uno–, que está probado porque frenó durante todo el trayecto e incluso poco antes de entrar a Once, que el maquinista anuló uno de los frenos –el llamado “hombre muerto”– y que posiblemente se quedó dormido o sufrió un desmayo porque el tren anduvo cientos de metros a la deriva. Es más, el maquinista asesinado hace una semana, Leonardo Andrada, dijo en su declaración que estaba prohibido entrar a la estación a más de 12 kilómetros por hora, mientras que la formación de la tragedia ingresó a 26 kilómetros por hora. A esto se agrega que Córdoba no tuvo lesiones defensivas y que tampoco avisó que tuviera dificultades por la radio que tenía en la cabina.

Del otro lado, el fiscal Federico Delgado sostuvo siempre, y tanto el juez Bonadío como la Cámara Federal le dieron la razón, que la tragedia se dio por las condiciones en las que operaba el servicio. Hubo numerosas advertencias sobre los habituales problemas de frenos –se transcribieron incontables comunicaciones de maquinistas–, la Auditoría General de la Nación produjo informes muy negativos sobre la seguridad e incluso los concesionarios fueron multados en forma reiterada. Cada uno de los funcionarios dice que la responsabilidad de control era de otra área y la Cámara advirtió justamente que semejante entrecruzamiento derivó en que nadie controló en forma real.

El fiscal ya había señalado –y Bonadío lo da por probado– que la mayoría de los vagones tenía el mantenimiento diferido y que dos de los compresores estaban fuera de funcionamiento. Lo que sostienen las defensas es que aun así el tren frenaba y que entonces ésa no fue la razón del choque.

Hay un apartado en el que se trata el caso de Lucas Menghini Rey, quien estaba dentro de una cabina de mando. El juez dice que incluso en los libros de actas de Trenes de Buenos Aires se estableció en 2005 y 2006 la supresión de esas cabinas por cuestiones de seguridad. Sin embargo, la empresa incumplió con sus propios parámetros, dice el magistrado.

La nulidad más presentada por las defensas es que no los pueden acusar de defraudación cuando el uso de los subsidios se está investigando en otra causa, que instruye el juez federal Sebastián Ramos. La Cámara Federal y ahora el juez rechazan ese argumento. Según los camaristas, Ramos investiga algo más general: los subsidios al Sarmiento, pero también a otros ferrocarriles. En cambio, en la imputación de defraudación se apunta básicamente a que la obligación de realización de un mantenimiento adecuado y de prestar un servicio seguro proviene de los términos mismos de la concesión.

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