Política | Casa Amarilla
22/01
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Todo a pedir de Boca
El club xeneize fue el único oferente en la “Licitación con Iniciativa Privada para el desarrollo y Mejoramiento Urbano Casa Amarilla”, cuyos sobres se abrieron ayer en las oficinas de Soldati de la Corporación Sur, dependiente del gobierno de Horacio Rodríguez Larreta.
Pese a la oposición de hinchas y vecinos, el Gobierno de la Ciudad le vendió a Boca los terrenos de Casa Amarilla, que ocupan un total de tres hectáreas entre las calles Blanes, Espinosa, Palos y Almirante Brown y que están valuados en 180 millones de pesos.
Los vecinos se movilizaron en varias oportunidades para resistir el proyecto porque aseguran que Angelici quiere construir un estadio para Boca que contaría con 80 mil butacas, shopping y restaurantes. Esta idea es también rechazada por hinchas del club que no quieren que la mítica Bombonera donde juega Boca quede en el olvido.
Días atrás, agrupaciones vecinales de La Boca habían presentado un recurso de amparo contra la apertura de sobres de la licitación de los terrenos de Casa Amarilla porque consideraban que ya estaba direccionada para que sean adjudicados a Boca.
Ese grupo de personas denunció el "avance inconsulto de la privatización de tierras públicas, para dejarlas en manos del club” y reclamaron la intervención de la Legislatura porteña, por donde debe pasar la venta de cualquier espacio público según la Constitución de la Ciudad.
Uno de los firmantes del amparo y presidente del movimiento "Boca es nuestro", Claudio Giardino contó a la prensa que vive este conflicto como vecino pero además como dirigente opositor al macrismo en el club desde hace 20 años. "Esos terrenos son un reclamo histórico de los vecinos, porque son espacios verdes que deberían ser destinados a la construcción de viviendas sociales en un barrio con un déficit habitacional alarmante", explicó el dirigente.
Luego agregó que durante la gestión de Antonio Alegre al frente del club de la Ribera (1985-1995), "el Gobierno de la Ciudad le cedió a Boca los terrenos de Casa Amarilla y la institución asumió el compromiso de urbanizar las manzanas circundantes que constituían un baldío. Boca hizo todo lo que se había comprometido a hacer: dejó las calles abiertas, tendió todos los servicios públicos y dejó las manzanas delimitadas para que se les diera utilidad. Alegre tenía que entregar las manzanas urbanizadas a la Ciudad, y lo hizo", continuó Giardino.
Pero la parte del trato que competía a la Ciudad jamás se concretó. "Venimos reclamando que se cumpla con el proyecto original y que se construyan las viviendas para gente del barrio", enfatizó el vecino, y apuntó contra el actual presidente de Boca a quien acusó de querer construir "una mole que no resistiría ningún estudio de impacto ambiental", en referencia al eventual nuevo estadio.
"El barrio tiene muchas otras necesidades antes de que le pongan un nuevo estadio a 100 metros del que ya existe", consideró Giardino. Y continuó: "Él mismo reconoció que este proyecto demandaría 400 millones de dólares. Habría que ver quién es el benefactor de esto. Pero lo que está claro es que contraer esa deuda sería el certificado de defunción del Club Atlético Boca Juniors Asociación Civil sin fines de lucro."
El vecino cerró con una pregunta: "Si el club cerró el vóley por no pagar 600 mil pesos al año, ¿cómo podrían hacer para amortizar una deuda de 400 millones de dólares?"
“Presentamos una acción de amparo pidiendo la declaración de nulidad e ilegalidad de la resolución que inicia esta licitación pública...”, aseguró a Télam el representante legal de los vecinos, Jonatan Baldiviezo. En tanto, Natalia Quinto, integrante de la organización “La Boca resiste y propone”, explicó que el Instituto de la Vivienda (IVC) transfirió las tierras “sin paso previo por la Legislatura” a la Corporación Buenos Aires Sur, la cual recibió el proyecto de la dirigencia de Boca. Según contó “en noviembre de 2014, el entonces vicepresidente de Boca y legislador porteño por el PRO, Oscar Moscariello, presentó un proyecto de ley para rezonificar las tierras en cuestión y construir el nuevo estadio del club”.
Si bien esta iniciativa se frenó gracias a la movilización de vecinos e hinchas de Boca, Quinto contó que “el PRO avanzó y en agosto pasado Daniel Angelici presentó a la empresa estatal Corporación Buenos Aires Sur una propuesta de iniciativa privada para adquirir las tierras”. El proyecto, puntualizó, “avanzó rápidamente por las distintas áreas del gobierno porteño y se evadió el compromiso asumido ante los vecinos de llamar a una audiencia pública para que la empresa escuchara nuestra opinión”.
LA CONTINUIDAD DE LA OPERACIÓN
Este es el primer paso para el objetivo que tiene el presidente del club, Daniel Angelici, de construir una nueva Bombonera en ese predio. El proyecto necesita la autorización de la Legislatura porteña, por lo que Angelici ya comenzó a buscar los votos con la ayuda del histórico operador radical, Enrique Coti Nosiglia, que tiene llegada al club y a la bancada radical.
En la actualidad, el complejo abarca aproximadamente cuatro manzanas, ocupadas por canchas de fútbol que se usan los fines de semana y donde ensayan una murga y un grupo de candombe del barrio. A propósito, los vecinos destacan que está en malas condiciones y que necesita mantenimiento.
Los hinchas también levantaron su voz contra el futuro nuevo estadio. Si bien Angelici había asegurado que consultó con las organizaciones opositoras para llevar a cabo este proyecto, la agrupación “Juntos por Boca” (que cuenta con Mario Pergolini) desmintió que se hubieran comunicado con ellos. “Nuestra cancha es parte indivisible de nuestra identidad. Boca es La Bombonera y La Bombonera es Boca (...) Por esta razón es que la lucha que desde años viene unificando a tantos movimientos, socios e hinchas está bajo una misma premisa: de la Bombonera no nos vamos”, explicó el comunicado que emitió ese sector.
Consultado Federico Aboy, socio activo de la institución, planteó su deseo de conservar el emblemático estadio. “Preferiría que se realice una remodelación del estadio actual, por todo lo que significa para el club y el hincha. Cualquier turista que llega a la Argentina quiere conocer el estadio y numerosas encuestas lo dan como uno de los lugares que hay que visitar antes de morirse. Sí estoy de acuerdo con que es necesaria una ampliación y agotaría todas las opciones para poder hacerla”.
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