Política | Empezó la carrera por la sucesión de Macri

26/02

0

Larreta quiere dejar una “obra emblema”

El jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, quiere dejar su “marca” en la Ciudad con importantes obras de infraestructura. Tiene los fondos para empezar a construir la Autopista Ribereña, la obra con la que busca catapultarse a la presidencia cuando finalice el mandato de Mauricio Macri. Se eligió el proyecto de semi-trinchera. La CAF aportará 340 millones, los otros saldrán de un proyecto inmobiliario. Por Mailén González Buenos Aires, 26 de febrero de 2016. La iniciativa, que busca conectar la Autopista Illia con la Buenos Aires- La Plata, data de hace muchos años pero los vaivenes en la relación entre el macrismo y el kirchnerismo sepultaron su concreción una y otra vez. A principios de esta semana, el jefe de Gobierno afirmó, en un acto con vecinos del barrio de Colegiales, que se relanzará el proyecto. “En menos de un mes vamos a estar presentando la obra con todos los detalles. Se trabajará a través de la Corporación Puerto Madero”, aseguró.

La autopista proyectada es una autovía de 7,1 km cuyo costo que estima en el gobierno de Larreta es más de 500 millones de dólares. De ese monto ya consiguieron que la Corporación Andina de Fomento (CAF) autorizara un crédito por 340 millones de dólares, según confirmaron fuentes del Ejecutivo porteño.

De este modo, el gobierno porteño espera empezar con las obras en septiembre de este año. Como estiman que demorará al menos 34 meses, confían que la autopista sea inaugurada antes del final del mandato de Larreta.

La importancia del emprendimiento es que descomprimiría el tránsito en el centro porteño y permitiría a los camiones evitar la zona céntrica. En el larretismo aseguran que a la construcción de la Ribereña se le agregará la creación de nuevos espacios verdes. Esta promesa va en línea con el compromiso que anunció Larreta el lunes de crear 12 nuevas plazas en el territorio porteño.

UNA HISTORIA DE AVANCES Y RETROCESOS

La obra para la construcción de la Autopista Ribereña es tema de debate entre la Nación y la Ciudad de Buenos Aires desde hace tres décadas. Durante los últimos años hubo avances y retrocesos según en qué estado estaba la relación política entre el kirchnerismo y el macrismo.

A fines de 2006, el Órgano de Control de Concesiones Viales (OCCOVI) –que manejaba Claudio Uberti, el operador político y económico de Néstor Kirchner– lanzó una licitación nacional e internacional para seleccionar a los técnicos y consultores que debían efectuar los estudios y definir el plan de construcción de la Ribereña.

Tras el desembarco de Mauricio Macri al frente del Gobierno porteño en 2007, la administración kirchnerista le declaró la guerra a la Ciudad y dejó la obra de la autopista congelada. El proceso de licitación para presentar el plan de obra quedó sin adjudicar e ingresó en una prolongada nebulosa.

Pasaron ocho años, durante los que cada gobierno puso prioridades en otros temas de gestión, hasta que las autoridades nacionales dieron de baja la licitación. En noviembre de 2014, el por entonces director del OCCOVI, Gustavo Gentili, dio por cerrado el tema.

Por medio de la resolución 264, el ente regulador de las concesiones viales dejó sin efecto la licitación de 2006 con el argumento de que luego del largo tiempo transcurrido “no se verificaron novedades significativas en el procedimiento de selección”.

EL PROYECTO GANADOR

Durante los últimos años se barajaron al menos tres diseños para concretar el plan maestro de la ribereña. Uno estipulaba la construcción de un túnel por los diques de Puerto Madero y otro una traza elevada por los docks de ese barrio exclusivo.

Finalmente se optará por la construcción de una “semi-trinchera” (con una parte soterrada), que ya se utilizó en el metrobús de Lima. La elección de este proyecto facilitó el acceso al crédito externo, ya que la obra no implicaría un impacto ambiental negativo.

La autopista correrá frente a la hilera de docks de la avenida Alicia Moreau de Justo por debajo de donde actualmente están las vías del tren.

El proyecto inicial de trinchera, del arquitecto Jorge Elías, establece que la autopista tendrá cuatro carriles de cada lado, partirá desde la bajada de la Autopista Buenos Aires-La Plata, en Brasil y la avenida Huergo, hasta un kilómetro antes del peaje de la Autopista Illia, en la zona de Retiro, donde subirá a la superficie, primero en trinchera y, después, como puente.

Desde Brasil el túnel se extenderá en la franja ubicada entre las avenidas Huergo-Madero y Alicia Moreau de Justo; después, desde aproximadamente la avenida Córdoba, irá por debajo de la avenida Antártida Argentina, hasta subir para unirse con la Autopista Illia. La profundidad por donde correría la autopista Ribereña no superaría los 10 metros. Por encima del túnel habrá puentes para conectar a Puerto Madero con el resto de la Ciudad.

Para conseguir los 150 millones de dólares que faltan, el gobierno porteño venderá los terrenos que posee al costado de las vías del tren, que serán destinados a la construcción de torres. Por las dudas, en el gobierno aseguran que ya tienen la autorización para endeudarse en 500 millones de dólares.

Las únicas preocupaciones que barajan en el Ejecutivo son la reducción de la avenida Madero y el impacto que tendrá la extensa obra en los habitantes de Puerto Madero, que estarán prácticamente tres años aislados.

Compartir nota en las redes sociales Enviar Imprimir

Dejanos tu comentario