Política | En la ciudad

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Cierra un restaurante por día

Según datos de la Cámara que nuclea al sector, un restaurante porteño cierra en promedio por día a raíz de la "crisis" desatada tras la fuerte caída del consumo y en medio de la pérdida de poder adquisitivo. Los empresarios gastronómicos han llegado al punto de ver como “imposible” trasladar “la intolerable suba de costos” al precio que pagan los comensales dado que de hacerlo se agravaría la caída de la demanda. Por Mailén González Buenos Aires, 4 de agosto de 2017. Un restaurante porteño cierra en promedio por día a raíz de la “crisis” desatada tras la fuerte caída del consumo en medio la pérdida de poder adquisitivo, según un informe de ese sector.

Los números fueron reportados por la Cámara de Restaurantes de la Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías y Cafés de la Ciudad de Buenos Aires, después de un 2016 con fuerte retracción en ventas y un 2017 que no muestra una recuperación sólida.

Verónica Sánchez, presidente de la entidad empresarial, dijo que durante el año pasado en la Ciudad cerraron más de 365 locales gastronómicos y ese promedio se mantuvo al menos hasta marzo de este año, de acuerdo con los últimos datos disponibles.

Sánchez dijo que los restaurantes de la Ciudad comenzaron a registrar una baja de clientes ya en el 2009, pero la situación alcanzó el escalafón de “crisis” en 2016 cuando la demanda fajó con fuerza.

“La situación del sector es de crisis y venimos alertándolo hace mucho tiempo. Esto era la crónica con final anunciado”, dijo la vocera de unas 3.500 empresas gastronómicas que operan en la capital del país. Sánchez expresó en declaraciones a Radio Continental que los motivos del cierre masivo de comercios gastronómicos “son obvios”, dado que pasan por el incremento de costos de alquiler, la presión tributaria del 40%, y el encarecimiento de materias primas y servicios.

La suba de tarifas de agua, luz y gas en el último año y medio tras el descongelamiento y la ausencia de clientes terminaron de configurar una situación que está llevando a los restaurantes a cerrar sus puertas.

“En principio hubo una caída clara del consumo. Ante la perdida de poder adquisitivo lo primero que uno recorta son gastos superfluos y tranquilamente se puede dejar de ir a comer afuera”, lamentó Sánchez.

Indicó la vocera que los empresarios gastronómicos han llegado al punto de ver como “imposible” trasladar “la intolerable suba de costos” al precio que pagan los comensales dado que de hacerlo se agravaría la caída de la demanda.

“En la gastronomía hay grandes contradicciones: mientras que es imposible de pagar para el cliente y también es imposible de costear para el empresario”, dijo Sánchez.


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