Política | Subtes con aumentos

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Nueva concesión y viejos retrasos

El gobierno porteño volvió a convocar a audiencia pública para aumentar la tarifa del subte a $ 11. El debate estaba previsto para el 6 de marzo, pero fue suspendido por la Justicia. Si no hay nuevos reveses, la audiencia se realizará el jueves 19 de abril. En tanto que en febrero, la ciudad a través de la empresa Subterráneos de Buenos Aires (SBASE), inició el proceso de llamado a licitación nacional e internacional para seleccionar a un nuevo concesionario de la red, que tendrá a su cargo la operación y el mantenimiento del servicio durante los próximos 12 años, prorrogable por tres años más, desde el 1° de enero de 2019. Por Mailén González
Buenos Aires, 30 de marzo de 2018. El Gobierno porteño convocó este mes una vez más a audiencia pública para llevar la tarifa del subte de $ 7,50 a $ 11, después de que el debate anterior fue suspendido por orden judicial.

En enero, el Ejecutivo había llamado a una audiencia para el 6 de marzo con el objetivo de debatir el aumento. Pero los legisladores porteños Myriam Bregman y Patricio Del Corro, del Frente de Izquierda, lograron frenarla con un recurso de amparo. Un día antes de la fecha prevista, el juez Guillermo Scheibler, subrogante del juzgado Nº 24 en lo Contencioso Administrativo y Tributario, hizo lugar a la medida cautelar solicitada y la suspendió.

En principio el Gobierno porteño había confirmado que la suba regiría desde abril y que, a partir de mayo, se llevaría la tarifa a $ 12,50. Siempre respetando el sistema de descuentos para pasajeros frecuentes, más las rebajas para quienes combinan medios de transporte en el marco de la Red SUBE.

De acuerdo al decreto que convoca a la nueva audiencia, que tiene la firma de Horacio Rodríguez Larreta, la tarifa técnica del subte es de $ 18. Esa cifra, que es la que se cobraría sin subsidio, surge de dividir los costos de explotación del servicio, que según Sbase son de $ 5.634,10 millones por año, por los 312,4 millones de pasajeros que pagan boleto. Quienes impugnan los incrementos argumentan que no existe verificación externa fiable de tales supuestos costos.

En paralelo, Subterráneos de Buenos Aires (SBASE) llamó a una licitación internacional para la concesión del servicio público de operación y mantenimiento del sistema de transporte ferroviario de pasajeros de superficie y subterráneo en la ciudad autónoma de Buenos Aires, el  popular Subte. La red del Subte de Buenos Aires, transporta, diariamente, 1,2 millones de personas, lo que suma un total de 320 millones anuales, y comprende un total de seis líneas con una extensión de 60, 8 kilómetros, de los que casi 54 están dedicados a servicio comercial. Las seis líneas suman un total de 86 estaciones.

La empresa que a la que se adjudique la licitación, será responsable, durante doce años, prorrogables a quince, de las seis líneas subterráneas de Metro de Buenos Aires y del Premetro, además de asumir la responsabilidad de las redes que puedan construirse en el futuro.

Los requisitos exigidos a las empresas que se presenten a la licitación incluyen: una antigüedad de quince años operando metros de, al menos, treinta kilómetros de extensión; haber transportado 180 millones de pasajeros, anualmente, entre los años 2015 y 2017 y experiencia en mantenimiento de infraestructura, material rodante, instalaciones y equipamiento, entre otros.

Fuentes del gobierno de la ciudad han manifestado que, entre los interesados en hacerse con la licitación, habría empresas de Francia, Reino Unido, Alemania, Italia y Canadá.

Buenos Aires queda rezagada frente a San Pablo, Santiago y Bogotá

El subte porteño queda cada vez más rezagado frente a otras ciudades latinoamericanas. San Pablo construirá una línea entera y extenderá otra, al igual que Santiago de Chile, mientras que Bogotá invertirá 4300 millones de dólares en su primer metro a inaugurarse en 2022.

En mayo la Ciudad abrirá la estación Facultad de Derecho de la línea H, la más moderna del distrito que data de 2007. El año próximo se inaugurarán las tres estaciones de la Línea E construídas durante el gobierno de Cristina Fernández por Nación y que llegará hasta Retiro y no hasta la Villa 31, como estaba previsto.

Si bien se especuló con la posibilidad de que Buenos Aires construyera la Línea F para unir Plaza Italia con Barracas, el proyecto fue descartado. No hay nuevas líneas en análisis, al menos por ahora. La Ciudad apostó por el Metrobús, un sustituto imperfecto para el metro.

La realidad de otras ciudades de Sudamérica es muy distinta. Dentro de un año San Pablo inaugurará un monorriel con 18 estaciones distribuídas a lo largo de 17 kilómetros de extensión. La obra costará más de 2100 millones de dólares y fue adjudicada a un consorcio de empresas integrada, entre otras, por Benito Roggio. 

La compañía, dueña de Metrovías, también administra desde hace más de 25 años el subte capitalino que tiene 60 km de extensión, 86 estaciones y se inauguró hace más de 100 años. El Metro de San Pablo comenzó a construirse en 1974 y actualmente tiene 84 Km de longitud. Además del monorriel, el gobierno invertirá 2500 millones de dólares en la extensión de la línea 5, denominada Lilas.

Los paulistas ya pueden disfrutar de 3 nuevas estaciones de la Lilas mientras que en poco tiempo abrirán las 5 restantes que incluyen la terminal Chácara Klabin. Cuando finalicen las obras se estima que el subte superará los 4,7 millones de pasajeros diarios transportados. En Buenos Aires los usuarios del subte alcanzan 1,2 millones. 

Además mañana comenzará la construcción del último tramo de la línea 13, Jade, que llegará desde el centro hasta el aeropuerto de Guarulhos, un trayecto que puede llegar a demorar hasta 3 horas en hora pico, viajando en automóvil.

En los próximos cinco años Bogotá invertirá U$S 4300 millones, SanPablo U$S 4600 millones y Santiago U$S 3500 millones para ampliar su sistema de subtes.

Del otro lado de la cordillera, Santiago se posiciona definitivamente como el subterráneo más moderno del continente. Los andenes seguros y los trenes sin conductor ya son una realidad desde hace varios años. Al igual que San Pablo, en Chile los nuevos ramales son financiados por el Estado y no mediante la Participación Público Privada (PPP) que busca desarrollar la Argentina. 

La capital chilena comenzó a operar en 1975 y ya alcanza las 118 estaciones. El desarrollo no fue fácil: Santiago es una ciudad cruzada por las montañas y asolada por los terremotos. Eso no evitó que en poco más de 40 años excavaran y construyeran 118 kilómetros de vías. 

La Línea 2 tendrá cinco nuevas estaciones y las obras iniciarán en 2018 con una inversión prevista de 1173 millones de dólares. La Línea 6 comenzó a construirse en 2014 y fue inaugurada en 2017. Con una longitud de 15 kilómetros costó 1036 millones y une 7 municipios de Santiago. 

En tan solo siete años la capital tendrá además una flamante rama de subterráneos. Se trata de la línea 7 que con 19 estaciones costará más de 2500 millones de dólares. La línea es parte del Plan 2025 que incluye proyectos de nuevas líneas de Metro, trenes de cercanía, pre-metro y teleféricos por 10.881 millones de dólares. 

La Línea 6 de Santiago, una de las más modernas del continente.

En Buenos Aires el gobierno nacional y la Ciudad lanzaron hace poco un proyecto para la Red de Expresos Regionales. Aunque el plan contempla que 3 líneas de tren confluyan en el Obelisco para 2023, son pocos los que piensan que semejante obra de ingeniería pueda estar lista en 5 años.

Por lo pronto en 2017 la Ciudad invirtió 215 millones de dólares en subtes y los proyectos más importantes contemplan solamente la extensión de las líneas existentes, pero ninguna nueva.

"Teniendo en cuenta que la Ciudad recibe el subte en 2013 en estado calamitoso, con un contrato cerrado por otro y sin acceso a crédito internacional-indispensable para obras de infraestructura de estas características- lo hecho en estos 4 años es un milagro", aseguraron desde el macrismo.

En esos poco más de 4 años la longitud de la red aumentó 6,5 kilómetros, muy lejos de los 10 kilómetros por año que prometió Mauricio Macri en la campaña electoral que lo consagró como jefe de gobierno.

Para 2018 está previsto que el gobierno invierta 131 millones de dólares en los subtes, la cifra más baja de la última década.

Bogotá, una de las Ciudades con el tránsito más caótico de América Latina, también comenzó a apostar por el subte. El Metro Bogotá tendrá su primera línea finalizada para 2022. Serán 23 kilómetros trazados por el irregular relieve de la capital colombiana que le costarán 4301 millones de dólares al estado nacional y local. Si se divide por año, son 5,5 veces más que lo invertido por la Ciudad. 


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