Buenos Aires, 23 de noviembre de 2018. En los ochentas los psicólogos reclamaban un cambio del encuadramiento legal de su profesión, que para las normas heredadas de la dictadura, debía ejercerse sólo bajo supervisión de un médico. Su lema era "hacer legal lo que es legítimo". Legitimidad que se habían ganado en más de treinta años de recorrido como profesionales universitarios de la salud y con prácticas reconocidas y respetadas en hospitales y por la comunidad. Muchos médicos los acompañaron en su pedido. Entendían que eran colegas debidamente formados y con autonomía de dispositivos científicos diferentes a los del saber médico.

Con Uber pasa algo completamente diferente. Trata de hacer legítimo, por medio del acostumbramiento, algo que es ilegal y que es rechazado principalmente por los taxistas. ¿Por qué es ilegal? Porque se trata de autos particulares que no están habilitados para el trasporte oneroso de pasajeros y porque no asume la empresa Uber ninguna responsabilidad empresarial respecto de sus trabajadores, a los que llaman "asociados", ni de los pasajeros. Es decir, no pagan sus aportes jubilatorios, ni cubren licencias médicas o vacaciones, no les brindan seguro de salud ni les aseguran un ingreso. Y los "asociados" tienen que poner su capital (el auto) al servicio de la generación de ganancias para la empresa, que les cobra una comisión por cada viaje que se genera a través de su aplicación para celulares.

¿Se podría regular para proteger tanto a los pasajeros como a los choferes? Si, pero no se ha hecho. Entre tanto, es ilegal. Pero tratan de naturalizar su existencia. Ese es el sentido de la publicidad televisiva. Gente que se llama por el nombre, como si fuesen viejos conocidos. Ahora dieron otro paso. Pese a la reciente ley aprobada por la Legislatura porteña y diseñada a medida para el sindicato de taxistas, que prevé multas de hasta 200 mil pesos para los choferes de Uber, la empresa de origen norteamericano sigue trabajando en la Argentina y ahora, además, suma un paso que la agiganta: el auspicio de la selección nacional de fútbol.

En medio de la disputa con el gobierno de la Ciudad, que la declaró ilegal, y los trabajadores del techo amarillo, la firma acordó que en los próximos días se convertirá en sponsor digital de la AFA, lo que significa que -por ahora- la marca aparecerá en todo lo que tenga que ver con redes sociales de la Asociación del Fútbol Argentino. También lucirá su nombre en la indumentaria. 

Ajenos a cualquier estrategia comunicacional, los taxistas están en guerra contra la Asociación de Fútbol Argentino (AFA). Y los gremios ya han hecho sentir su descontento. "Lo de la AFA es un error histórico. Es emparentar a la Selección que un sentimiento nacional con una empresa extranjera y evasora", expresó José Ibarra, Sindicato de Conductores de Taxis en declaraciones a la prensa.

Y no sólo se han quedado en las palabras, pues también amenazan con acciones: "No vamos a parar. Se protestará en la AFA, en el domicilio de (Carlos) Tapia (presidente de la AFA), cada vez que la Selección aborde un micro", agregó Ibarra. De hecho, este jueves se realizó a una concentración frente al edificio de la AFA. "Lo llamativo e importante es que la AFA tiene el descaro de promocionar una empresa que evade impuestos millonarios", expresó Marcelo Boeri, jefe de la Asociación de Taxistas Unidos.

Por el lado de la AFA, en todo caso, justifican el vínculo con este razonamiento: "Uber como compañía no es ilegal, de hecho tiene oficinas y empleados en la Ciudad. Lo que se considera ilegal es el servicio que brindan de trasladar pasajeros", explicaron fuentes de la entidad del fútbol argentino. Como si dos y dos no sumaran cuatro.

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