Buenos Aires, 23 de agosto de 2019. El recuento de final de los votos del domingo 11 dibujó un nuevo mapa político en la Ciudad Autónoma. Con casi 900 mil votos se confirmó la condición de primera fuerza del oficialismo, pero el resultado no le sirvió para evitar la primera vuelta. Participaron de la elección el 75,98% de los ciudadanos habilitados y 898.675 votaron por Larreta.

Fueron unos 46,48%, que podrán estirarse si no se cuentan los votos en blanco, como será el caso de las elecciones de octubre. Pero que pueden disminuir, a partir de la fuerte devaluación sucedida al día siguiente de las elecciones, con la consecuente aceleración de la inflación. La crisis que el gobierno nacional ha provocado con sus políticas erróneas puede consumir todo el capital político que amasó el buen administrador municipal de Larreta. El empeoramiento brusco de las condiciones de vida de las mayorías, aún en la ciudad más rica del país, genera un enorme malestar que difícilmente se compense arreglando veredas.

El problema para Larreta es que no aparece de dónde podría reforzar su votación, habida cuenta que sumó a los seguidores de Lousteau, Ocaña y del socialista Cortina a su armado y aún así no alcanzó la mitad de los votos, necesarios para evitar la segunda vuelta. Con estos números, habrá balotaje y estaremos convocados los porteños a votar en noviembre. 

La segunda noticia es que Matías Lammens, un novato en las lides políticas, con apenas unos treinta días de campaña se coló en segundo lugar, alcanzando casi el 32 por ciento de los votos (exactamente, 31,93%). Un 50% por encima de los votos logrados por Mariano Recalde en su intento de competir por la Jefatura en 2015 y la mejor marca del espacio que aglutina desde las elecciones de Aníbal Ibarra. Ahora comenzará el segundo tramo de la campaña con la ventaja de haberse posicionado como el contrincante de Larreta, su juventud y el cambio que representa frente a una gestión que ya acumuló tres períodos consecutivos. 

En dos Comunas, la 4 La Boca, Barracas, Parque Patricios y Pompeya) y la 8 (Soldati, Lugano y Villa Riachuelo), acumuló ventajas considerables, quedando casi en paridad técnica con Larreta en la 9 (Parque Avellaneda, Mataderos y Liniers). Respectivamente: Lammens 40,3% a 36,18% en la 4, Lammens 47,2% a 31,4% en la 8 y Larreta 38,42% a 37,94% en la 9. 

La tercera fuerza, con el 8,78%, fue el voto en blanco. Una señal de que mucha gente está enojada con el sistema político y no encuentra cómo expresarse. Para Larreta será difícil pescar en esta pecera. Lammens al menos cuenta con al ventaja de no tener otro pasado en un puesto de gestión, que haber ordenado uno de los grandes clubes de fútbol y logrado que vuelva al barrio que lo vio nacer. 

Luego del voto en blanco se anotó Matías Tombolini, del lavagnismo porteño, con un 7,22% de los votos y el Frente de Izquierda y Trabajadores, con un 4,11%. Entre Alternativa y Liberación de Luis Zamora, Nuevo MAS y otras fuerzas menores, sumaron alrededor del 2,5% de los votos en la categoría a Jefe de Gobierno. Estos 12 o 13 por ciento de los electores difícilmente se definan mayoritariamente por un representante del oficialismo, en medio de una severa crisis y con el profundo malestar que genera.

Macri sumó 1,8% de votos menos que Larreta, algo poco significativo. Mientras que Fernández acumuló un punto más que Lammens, en un panorama de poco corte de boleta, pese a que había diferentes opciones para las dos categorías principales, Presidente y Jefe de Gobierno, por la existencia de fuerzas que se presentaron en un rubro y no en el otro.

En seis de las Comunas (2, 6, 11, 12, 13 y 14) Macri se impuso por una diferencia de más del 10% de los votos sobre Fernández, con extremos como 2 (Recoleta) con 63,51% a 18,95%, o 13 (Núñez, Belgrano y Colegiales) con 58,14% a 21,73%. 

A la inversa, Fernández se impuso en tres de las Comunas (4, 8 y 9) y hay cuatro Comunas en las que la diferencia entre los dos candidatos es menor a 5% (Comunas 3, 5, 7 y 15). En otras dos, la diferencia a favor de Macri es mayor a 5% pero menor a 10% (Comunas 1 y 10). 

Este cuadro de situación, que refleja el posicionamiento relativo de las dos grandes fuerzas, además de indicar una fuerte polarización desde el principio, alienta grandes expectativa en los que aspiran a que se produzca el fin de ciclo macrista. 

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