Política | Subte silenciado

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Larreta no dijo nada

Temprano el domingo 1º de amrzo se reuniò la Legislatura para que escuchar el discurso de apertura del año parlamentario del Jefe de Gobierno. La costumbre indica que en la ocasión la cabeza del Ejecutivo adelante los objetivos anuales de su gestiòn y repase los principales logros alcanzados. El Subte no estuvo dentro de los temas abordados por Larreta. Quizás por el fracaso de la licitación internacional convocada para seleccionar un nuevo concesionario o por la crisis del asbesto, causada por los coches usados comprados al Metro de Madrid, entre otras razones. Por Mailén González
Buenos Aires, 6 de marzo de 2020. Habló de escuelas que los maestros dicen que no existen, de mejoras en la salud pública que la epidemia de dengue desmiente, de diálogo con otras fuerzas que no se verifica en la gestión cotidiana de la ciudad. Pero no dijo ni una palabra del subte. Ni anunció obras, ni explicó por qué fracasó la licitación internacional y cómo seguirá la operación del subte, ni anticipó cómo se hará para resolver la crisis del asbesto. Solo anotó que en las gestiones anteriores se agregaron siete nuevas estaciones y se compraron coches nuevos para la línea A y H.

Así lo registró el portal especializado enelSubte.com "El jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodriguez Larreta, evitó mencionar la realización de nuevas obras en la red de Subtes en el discurso de apertura de sesiones ordinarias de la Legislatura, que pronunció este domingo 1 de marzo ante el pleno del cuerpo. En el pasaje de su alocución referido al transporte público, Larreta enumeró la adquisición de coches cero kilómetro y con aire acondicionado para la red junto a la inauguración de “siete nuevas estaciones”, que permitieron sumar alrededor de 400.000 usuarios diarios a la red. No se refería a anuncios de obras a realizar sino a las inauguradas en el mandato anterior –incluyendo las tres de la línea E construidas por el gobierno de Cristina Kirchner–."

La expectativa por contar con una nueva línea deberá esperar. Durante la semana pasada se conoció que la obra de construcción de la línea F, prometida en campaña, no se iniciará en lo que resta del gobierno de Rodríguez Larreta con el argumento del inminente recorte de la coparticipación extra que el gobierno de Mauricio Macri destinó a la Capital, asunto que se encuentra en plena negociación con el Gobierno nacional. No es la primera justificación que encuentran los gobiernos de Macri y Larreta para frenar la expansión de la red.

En la campaña de 2007 Macri acusaba a la mala administración de gobiernos anteriores por no poder acelerar las obras con recursos propios; una vez en el gobierno, contrajo deuda (bonos Tango) que finalmente se destinó a autopistas; más adelante se acusó al gobierno de Cristina Kirchner por no avalar otros préstamos; y finalmente, cuando el PRO controló también el gobierno nacional, tampoco se comprometió dinero para llegar a aquella promesa de “10 kilómetros de Subte por año”. El argumento político, cuando se esgrimió, fue la presunta superioridad o suficiencia del Metrobus como solución de transporte.

En su discurso ante la Legislatura, el Jefe de Gobierno tampoco anunció la realización de obras significativas para la mejora del servicio del Subte ni se refirió a la inminente definición de la licitación por un nuevo operador para la red que, tras la salida del consorcio Helport-Keolis –que dejó a Metrovías como la única en carrera–, quedó bajo sospecha. Además, Rodríguez Larreta tampoco dedicó palabras a la crisis del asbesto que atraviesa el sistema. Mientras prosiguen las tareas de remoción del material en los coches Mitsubishi de la línea B, se desconoce qué se hará con otras flotas en donde fue detectado y que seguirán en servicio, como los Materfer (línea E) y Nagoya 5000 (línea C).

Sin obras por primera vez en casi medio siglo, el futuro de la red de subterráneos aparece cada vez más sombrío y a contramano de las grandes ciudades de la región y del mundo.

Comprar coches sin asbesto
 
La Ciudad ordenó a Subterráneos de Buenos Aires (SBASE) elaborar un proyecto para adquirir nuevos trenes cero kilómetro para la línea B, tal como venían reclamando los trabajadores del Subte. Las nuevas unidades sustituirían a los veteranos Mitsubishi, afectados por la crisis del asbesto. La iniciativa había sido anticipada por enelSubte tiempo atrás. Los CAF 5000 comprados usados al Metro de Madrid ya fueron sacados de servicio dos años atrás.

Las nuevas formaciones tendrán como misión sustituir a los veteranos trenes Mitsubishi -la flota más antigua de la red actualmente en servicio, de 60 años de antigüedad-, afectados por la presencia de componentes con asbesto que les están siendo retirados progresivamente. Según consta en el acta de la {ultima audiencia de la comisión anti asbesto, “el día 28 de febrero pasado la Jefatura de Gabinete y la Secretaría de Transporte de la CABA instruyeron a Subterráneos de Buenos Aires (SBASE) a iniciar las tareas referidas a la compra de material rodante nuevo para la línea B para reemplazar la flota Mitsubishi”.

El proyecto comprende, de momento, “la evaluación económica, técnica y financiera, incluyendo posibles fuentes de financiación en el contexto macroeconómico local y mundial, la elaboración del pliego técnico de especificaciones […] la obtención de los créditos necesarios […] y el proyecto de ley de endeudamiento para ser elevado a la Legislatura de la Ciudad lo cual se anunciará en un plazo de 30 días”.
 
A contrapartida de este recambio de flota, que venía siendo demandado por los trabajadores del Subte desde hace varios meses, la AGTSyP se comprometió “a facilitar la operación normal de formaciones e instalaciones”, abandonando la actitud de quita de colaboración de los últimos meses. 

Llamativamente, la inversión no fue mencionada en el discurso de apertura de sesiones del Jefe de Gobierno, que omitió referencias concretas a nuevas mejoras en el Subte o a la expansión de la red.

Los alcances de la renovación de flota, que aún está en etapas preliminares, son inciertos: si bien por ahora sólo se menciona como objetivo la sustitución de los trenes Mitsubishi, lo cierto es que la línea B experimenta un fuerte déficit de flota provocado por el imprevisto retiro de los CAF 5000 (primera flota afectada por la crisis del asbesto, que ya fue dada de baja) y de la problemática puesta en marcha de los CAF 6000 comprados de segunda mano al Metro de Madrid. Pese a que fueron adquiridos en 2013, hay formaciones que aún no han sido puestas en marcha, por lo que no se descarta que la renovación de flota termine incluyendo a estos trenes españoles, que ya superaron los 21 años de antigüedad.

En cualquier caso, sería la primera vez en casi 45 años que la línea B recibe trenes cero kilómetro: los últimos fueron los Siemens FM, que ingresaron en la década del 70 y fueron jubilados a mediados de los 90, con la entrada de los Mitsubishi.


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