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Planean incinerar otra vez la basura

Analizan instalar siete plantas en la Capital y en el área metropolitana. El proyecto fue propuesto por la Ceamse. Los ambientalistas se oponen. Dicen la utilizarán para generar energía y que usarán predios ya destinados a tareas de manejo de residuos o ocupados por basurales. Por Joaquín Ramírez Souto
Buenos Aires, 27 de octubre de 2017. Después de hacerse los distraídos durante los últimos diez años con Ley de Basura Cero, ahora quieren volver a la quema como solución para los residuos urbanos. Dicen que pueden servir para producir energía pero no resuelven el reciclado.

En la ciudad de Buenos Aires los hornos incineradores de basura estuvieron activos hasta la década del 70. La gran contaminación que generaban obligó a cerrarlos. En una vuelta al pasado, el gobierno de la provincia de Buenos Aires y el porteño planean volver a la incineración como forma final de tratamiento de la basura. Por la ley de Basura Cero se trata de una "solución" estrictamente prohibida en la Ciudad.

La ciudad de Buenos Aires y su área metropolitana generan 15.000 toneladas diarias de basura. El inmenso volumen podría llenar cada tres días una superficie igual al estadio único de La Plata. Las políticas de reciclado de basura, han fallado por falta de voluntad política en su implementación y el tratamiento de los residuos urbanos se ha convertido en un problema que nadie quiere solucionar.El resumen más acabado de la política errática en materia de desechos es que desde hace más de una década sólo se dispone en el relleno sanitario Norte III, en el partido bonaerense de San Martín. La mejor opción que piensan es volver a una práctica que ya se probó que no servía: la incineración.

El proyecto del gobierno, que difundió el diario Infobae, fue propuesto por la Coordinación Ecológica Metropolitana Sociedad del Estado (Ceamse) y plantea "la valorización térmica" de la basura. El mismo planea poner siete hornos en "predios ya impactados u ofrecidos por intendentes en años anteriores, o en lugares en donde funcionan basureros". Uno de los planteos que ofrece el plan para volverlo sustentable es que sin entrar en muchos detalles se promueve usar la incineración para generar energía. En Europa hay procesos similares, pero se trata de hornos de última generación que reducen las cenizas y la contaminación que genera la incineración. El programa del Ceamse no especifica los hornos que usará.

El proyecto contempla la creación de siete plantas donde funcionarán los hornos, una de ellas en el sur de la Ciudad de Buenos Aires, con respecto a esta área, la Ciudad no tiene ningún predio de tratamiento de disposición final de basura, siendo una de las que más genera. En el año 2005 el gobierno porteño sancionó la Ley Basura Cero, que entre sus metas, tenía reducir el volumen de residuos que se remiten a los rellenos sanitarios año tras año, algo que no se llegó a cumplir en forma eficiente. El plan del Ceamse chocaría con esa misma Ley de Basura Cero que prohíbe en la Ciudad de Buenos Aires la incineración. Si el gobierno sigue adelante con el proyecto del Ceamse, tendrá que modificar esta Ley.

Los ambientalistas se oponen al proyecto, Cecilia Allen de GAIA e integrante de la Coalición Anti Incineración Internacional, expresa que el proyecto del Ceamse: "Implica un cambio de 180 grados en la política de residuos. Acá no hay nada avanzado en compostaje ni en reciclaje; es poner en jaque las políticas de basura que se puedan tener en términos de reciclado y separación en origen e implica no invertir en tecnologías para eso. Esta solución además de ser muy cara requiere mucho volumen de residuos y hay que sostenerlo". El proyecto además dejaría sin trabajo a por lo menos 200.000 personas que trabajan en todo el país en el reciclado y clasificación de residuos y que basan su trabajo en los conceptos de la economía popular.

Otro de los principales factores por los cuales los ambientalistas se oponen es el costo de cada horno, que rondaría los 600 millones de dólares cada uno. Aunque el problema central es los contaminantes que emanan de esos hornos. 

El proyecto estaba en carpeta para ser tratado luego de las elecciones, a la espera de los resultados de las mismas. El gobierno bonaerense y el porteño guardan bajo siete llaves un proyecto que incluye la incineración como forma de tratamiento final para la basura. El plan oficial de la Coordinación Ecológica Metropolitana Sociedad del Estado (Ceamse), al que tuvo acceso Infobae, habla de "impulsar la valorización térmica" y diseña un programa a 2030. Según ese proyecto, la Capital y los partidos bonaerenses se dividirían en cuatro corredores o regiones: Norte, Caba Norte, Acumar (en la cuenca Matanza Riachuelo) y Sur. "Las plantas se instalarían en "predios ya impactados", "predios ofrecidos por intendentes en años anteriores" o en lugares cercanos a donde ya hay algún tipo de disposición final.

En la Ceamse no quisieron brindar información al respecto. Sin embargo, Infobae pudo confirmar que es parte de un plan que las autoridades porteñas iban a anunciar en los próximos días, post elecciones. El programa oficial va a incluir otras medidas de sustentabilidad y este proyecto era uno de los puntos centrales.

Las proyecciones de las siete plantas de incineración, al menos una estaría en la zona sur de Capital, generarían energía para unos 3.700.000 habitantes, uno de los argumentos más fuertes del plan: no sólo resolvería el tema residuos sino que aportaría al alicaído sistema energético nacional.

La ciudad de Buenos Aires es uno de los distritos más complicados respecto del destino final de su basura ya que es el único que no cuenta con terrenos propios como para una solución ambiental. Desde mediados de los 70 con la creación de Ceamse (sociedad compartida por los porteños y los bonaerenses) se utiliza el relleno sanitario con enterramiento como último paso para los residuos que cada habitante genera todos los días.

En 2005 el distrito votó la denominada ley de Basura Cero que propone la disminución de lo que se entierra hasta reducirla a su mínima expresión por medio del reciclado, compostaje u otras técnicas amigables con el ambiente. Los plazos para que esa ley se cumpla están todos vencidos. Sólo para tener una idea: en 2012 el distrito debía disminuir el 50% de los residuos que se enterraban. Hoy, cinco años después, la reducción del enterramiento alcanzó el 36% gracias a una planta de tratamiento de áridos (restos de construcción) que trata 2000 tn por día. Mientras que el sistema de recolección diferenciada apenas alcanza el 6 por ciento, siempre según cifras oficiales.

La gran dificultad que presenta aquella norma, votada por unanimidad en su momento, incluyendo al macrismo, es que prohíbe la incineración. Es decir que el jefe de gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, deberá reformar esa norma.

Francisco Suárez, investigador de la Universidad Nacional de General Sarmiento y autor de La Reina del Plata, Buenos Aires: sociedad y residuos, opinó: "Algunos puntos no se articularon bien. Uno es la relación entre el vecino, las cooperativas y los recuperadores. Hoy la gente no sabe bien qué pasa con esa campana o con la recolección puerta a puerta, nunca se terminó de aceitar bien el sistema. En una década hubo cinco o seis sistemas distintos de contenedores, que resuelven temas de higiene urbana pero no de reciclado. Por el contrario, lo complejizan".


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