Legislativas | Adios Basura Cero
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Vuelve la quema
Ante el incumplimiento de las metas para reducir de forma progresiva el volumen de residuos
urbano que se entierran, el gobierno decidió replantear las metas y propuso instalar hornos
incineradores en la ciudad. El plan de Basura Cero quedará para el año 2028. En una reunión de
comisiones para tratar el tema el Gobierno porteño no pudo replicar las duras denuncias de parte
de ambientalistas y opositores.
Por Martín Pérez Díaz
Buenos Aires, 6 de abril de 2018. A contramano del mundo, Horacio Rodríguez Larreta quiere volver
a incinerar la basura, perjudicando el medioambiente y frenando la importante tarea de los
recuperadores urbanos. El gobierno fracasa en sus políticas y en lugar de revisar lo que está
mal, lo empeora.
El gobierno porteño presentó en la Legislatura un proyecto que impulsa volver a incinerar la
basura del área metropolitana, aunque sostiene que se hará a través de hornos controlados para
lograr "la oxidación total de los residuos a altas temperaturas con múltiples sistemas de
control", y extender los plazos para llegar a la meta de basura cero hasta 2028.
Para el defensor adjunto del Pueblo de la Ciudad, Gabriel Fuks, "hay tres ejes sobre los que
primero habría que abrir un debate: por qué fracasó el proyecto de basura cero, qué va a pasar
con los recolectores manuales con este nuevo modelo que se propone, y considerar la preocupación
de los ambientalistas que sostienen que es un retroceso que va a generar mayor contaminación".
El proyecto que propone que las miles de toneladas de desechos urbanos sean quemadas en "hornos
apropiados", además, establece un cambio de los plazos pautados para reducir la basura en la
Ciudad que habían sido planteados en la Ley de Basura Cero (1854), sancionada en el año 2005.
La iniciativa, que lleva las firmas del jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta; del
vicejefe, Diego Santilli, y del ministro de Ambiente y Espacio Público, Eduardo Macchiavelli,
modifica seis artículos de la ley de basura cero entre las que se encuentra la prohibición de
incinerar los residuos.
La norma que se pretende modificar establecía que la Ciudad adoptara como principio para la
problemática de los residuos sólidos urbanos el concepto de Basura Cero, y para ello, fijó un
cronograma de metas para lograr una baja de la cantidad de desechos a ser depositados en rellenos
sanitarios.
En ese sentido, los plazos establecidos hace 13 años contemplaban una reducción de un 30 por
ciento en la generación de basura destinada al relleno sanitario al 2010, de un 50 por ciento al
2012 y un 75 por ciento para el 2017. Y prohibía para el 2020 "la disposición final de materiales
tanto reciclables como aprovechables".
Ante el incumplimiento de las metas para reducir de forma progresiva el volumen de residuos
urbano que se entierran, el gobierno decidió replantear las metas y reflotar la quema de basura.
Para Fuks, primero habría que debatir "por qué fracaso el proyecto. Por qué no se generaron las
condiciones para la separación en origen pese a que se incorporaron a los recolectores manuales.
Por qué no se logró penetrar en los hogares para que se genere esa separación, y por qué esa
lógica tampoco logró impacto en los grandes comercios, que son los mayores productores de
desechos. Y todo esto cuando en la ciudad hubo recursos vinculados a la higiene urbana, y se hizo
una gran inversión en contenerización".
Las preguntas que el Gobierno porteño no pudo explicar
En lo que fue una jornada con fuertes cruces y denuncias de ambientalistas, este martes pasado la
Comisión de Ambiente comenzó a debatir un proyecto del ejecutivo porteño para incinerar en hornos
los residuos de la Ciudad. Mientras que afuera de Perú 160 activistas de Greenpeace colgaban una
bandera con la leyenda "quemar basura mata", adentro más de 50 organizaciones, políticos y
académicos presentaron un petitorio contra el proyecto.
En la reunión de comisión, presidida por la legisladora de Vamos Juntos Mercedes De Las Casas,
habló el subsecretario de Higiene Urbana de la Ciudad, Renzo Morosi, quien hizo un resumen del
proyecto de ley. Tras él, se expresó el presidente del Ceamse, Gustavo Coria, quien dijo que la
de la basura "es una problemática compleja" y por lo tanto demanda leyes que además de
necesarias, justas e inclusivas del personal "sean realistas".
Uno de los momentos más tensos fue al turno de Diego Salas, director de Greenpeace. "El Gobierno
de la Ciudad está impulsando la incineración de basura a pesar de los daños para la salud y el
ambiente que esto genera; tiene a disposición una ley de avanzada que no cumple, y en lugar de
cumplirla, implementa un sistema tóxico", dijo, y agregó: "Horacio Rodríguez Larreta ha sido el
promotor de la incineración durante la última década, y hoy avanza en este sentido a pesar de la
ley que lo prohíbe y de la oposición de organizaciones ambientales y sociales".
La iniciativa establece que las miles de toneladas de desechos urbanos sean quemadas en
incineradores a través de los cuales se logrará "la oxidación total de los residuos a altas
temperaturas con múltiples sistemas de control". Para esto, se deberá modificar seis artículos de
la Ley de Basura Cero, sancionada en el año 2005, en la que se prohíbe la incineración de basura.
Durante la jornada, la falta de información de parte del oficialismo ocasionó el disgusto de los
presentes. "Tuvimos reunión con el ejecutivo por la modificación de la ley de Basura Cero, que
aprobaría la incineración de residuos. Esperábamos que nos expliquen cómo se va a preservar el
medio ambiente y la salud de los vecinos y vecinas de la Ciudad. No aclararon nada", dijo la
legisladora Victoria Montenegro.
"En la reunión informativa sobre las modificaciones a la ley de #basuracero, el Subsecretario de
Higiene Urbana se limitó a leer la letra del proyecto sin brindar fundamentos técnicos ni
jurídicos", aseguró Inés Gorbea, de Evolución.
Algunas de las preguntas que quedaron sin respuesta por parte del oficialismo durante el duro
debate fueron acerca de las localizaciones específicas en CABA que serían proclives para la
instalación de las plantas de Termovalorización; si las plantas emitirán dioxinas y furanos a la
atmósfera; si existen estudios técnicos sobre la composición de los residuos en material de poder
calorífico; y si se realizaron estudios referidos a las emisiones de otras sustancias tóxicas.
El proyecto oficial
El proyecto propone que las metas serán "de un 50 por ciento para el 2021, de un 65 por ciento
para el 2025 y un 80 por ciento para el 2030, tomando como base los niveles enviados al Ceamse
durante 2012". En tanto que prohíbe para el 2028 "la disposición final de materiales tanto
reciclables como aprovechables".
Por otra parte, resalta la necesidad de incluir nuevas tecnologías a fin de colaborar con la
reducción progresiva de la disposición final en los rellenos sanitarios e impulsa, en ese marco,
la valorización energética. Como resultado de ese método se destaca "una reducción del volumen de
los residuos hasta en un 90 por ciento y la generación de cenizas que pueden ser reutilizadas en
la industria de la construcción".
Y añade que "el principal objetivo será disminuir la cantidad de residuos que son dispuestos en
relleno sanitario, permitiendo así valorizar un recurso que actualmente no presenta posibilidad
de recupero alguna". Por último, indica que "gracias a la implementación de esta tecnología se
puede recuperar la energía contenida en los residuos la cual, bajo un proceso de combustión
controlado, puede ser transformado en energía eléctrica e inyectada en la red para uso
domiciliario".
"Esto permite incorporar energía a parir de una fuente alternativa, entendiendo que la matriz
energética de la República Argentina presenta alta dependencia al combustible fósil", precisa.
Sostiene además que "son numerosos los países que han complementado su gestión de residuos con
plantas de este tipo y que se volvieron una parte fundamental de su matriz energética, tal es el
caso de Francia, Alemania, Holanda, Bélgica, España, Japón, China, Estados Unidos de América,
Canadá y sobre todo los países nórdicos".