Buenos Aires, 21 de junio de 2019. Faltando menos de 40 horas para el cierre de listas, ya empiezan a haber algunas certezas. El oficialismo mostrará variantes menores en su boleta de cara a octubre. Por eso repetirá la actual fórmula para el Ejecutivo. En cambio, la principal oposición se encolumnará detrás del actual presidente de San Lorenzo, Matías Lammens, quién se convirtió en la principal novedad del panorama político porteño. Seguramente, Pino Solanas y Victoria Donda, junto con Mariano Recalde jugarán allí roles protagonicos, en una elección que promete ser reñida, después de doce años de gestiones macristas y en medio de una severa crisis económica, acentuada por una desocupación que crece y afecta sobre todo a los más jóvenes y a las mujeres. Por eso, los candidatos del oficialismo reciben en la Rosada la instrucción de no hablar de economía. No hay nada bueno que mostrar.

Entre tanto, la inflación no da tregua. Cada vez se requiere más dinero para sostener los consumos de la canasta básica. Fueron treinta mil ciento cuarenta y seis pesos con noventa y tres centavos el mínimo disponible que debió tener una familia porteña, en mayo, para superar la línea de la pobreza. Los datos son de la Dirección General de Estadística y Censos de la Ciudad, que contabiliza a la familia porteña tipo como propietaria de una vivienda. Es decir, para la extensa mayoría que aún alquila su hogar, los valores para no ser pobre son mayores.

La Dirección de Estadística monetarizó esos picos de aumento: para cubrir la Canasta Básica Total, una pareja con dos hijos -catalogado como “Hogar 1” en el informe realizado- necesitó, en el tercer mes del año, 30.146,93 pesos para superar la línea de la pobreza. Estos datos complementan los conocidos días atrás, respecto de los indices inflacionarios. El Índice de Precios al Consumidor de la Ciudad de Buenos Aires (IPCBA) había registrado un incremento de los precios de la Canasta Básica del 3,1 por ciento para mayo,lo que representaba un aumento del costo del vida de los porteños de un 54,7 por ciento en lo que va del 2019. Así, una familia tipo debió ganar mil pesos por día para no ser pobre. Es decir, casi 1045 pesos por día.

Por su parte, una pareja de jubilados debió tener un ingreso que supere los 15.139,08 para no quedar debajo de la línea de pobreza, según el organismo oficial. Ante ese dato, cualquiera puede preguntarse si habrán contado el costo de los medicamentos que se consumen intensamente a medida que se envejece. En el otro extremo de la vida, según los números oficiales, un joven de 25 años necesitó, al menos, de 11.126,08 pesos para no ser pobre. En mayo, pero del 2018, ese mismo joven necesitaba de 6.935,68 para no caer en la línea de la pobreza.

Todos estos valores antes mencionados consideran a estos prototipos como propietarios de una vivienda. Entonces, ¿cuánta plata necesitó un inquilino porteño para no caer en la línea de la pobreza? Para la Dirección de Estadística porteña, el valor no cambió mucho mucho: el “Hogar 4”, definido como una pareja de jóvenes, propietaria, económicamente activa, debió tener en mayo de 2019 ingresos de 17.693,33 para no ser pobre. Pero si a esa misma pareja se le agrega un alquiler, la entidad porteña calculó que debieron ganar 21.642,10 pesos. Es decir, que para la Dirección de Estadística porteña un alquiler en la ciudad cuesta menos de 5 mil pesos. Tan sólo entrar a cualquier página de cualquier inmobiliaria se demuestra lo contrario.

En mayo, una familia tipo -dos adultos de 35 años con dos hijos con edad escolar- debió tener, en el segundo del año, un ingreso de 15.827,16 pesos para cubrir la Canasta Básica Alimentaria del quinto mes del año. Una pareja de jubilados -también con una propiedad a su nombre- debió tener ingresos por 7.991,42 pesos para no ser indigente. 

En el caso de la pareja joven que alquila, y ambos son económicamente activos, sus ingresos debieron pasar la barrera de 9.600,08 pesos para no estar debajo de la línea de indigencia. Y de nuevo cabe la pregunta por el valor del alquiler considerado, cuando una pieza de hotel, con baño compartido, ronda los 8.000 mensuales.

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