Política | Vivir en Buenos Aires

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Alquileres imposibles y viviendas ociosas

Según el organismo de la Defensoría del Pueblo de la ciudad de Buenos Aires, un monoambiente se consigue en agosto en los $12.745 y con aumentos semestrales del 18 por ciento. En paralelo, otro estudio mostró que más del 9,2% (138.328) del total de las viviendas porteñas están ociosas. "La fórmula de alquileres altos y salarios devaluados restringe el acceso a la vivienda, un derecho básico que significa vivir y dormir bajo un techo digno", señaló Fernando Muñoz, director del Programa de Atención a Inquilinos de la Defensoría. Por otro lado, "cada vez hay más viviendas y mayores construcciones", sin embargo, las "necesidades habitacionales van por caminos separados de esas capacidades constructivas", señaló Rosario Fassina de la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ). Por Mailén González
Buenos Aires, 30 de agosto de 2019. En la ciudad de Buenos Aires más del 9% de la viviendas están desocupadas. En base a datos aportados por el Ente Nacional Regulador de Electricidad (ENRE) durante 2017, el Instituto de Vivienda de la Ciudad (IVC) registró que más del 9,2% (138.328) del total de las viviendas porteñas están ociosas. Del otro lado, alquilar puede resultar una tarea imposible en un contexto de salarios a la baja.

En agosto de 2019 el precio promedio para alquilar un monoambiente en la Ciudad de Buenos Aires alcanzó los $12.745; en tanto que para un dos ambientes ese valor llegó a los $15.106 y para un tres ambientes a $20.374, reveló la Defensoría del Pueblo porteña. Según el relevamiento mensual del precio de los alquileres elaborado por el Programa de Atención a Inquilinos de la Defensoría del Pueblo porteña durante agosto se consolidó una tendencia iniciada algunos meses atrás y es que los aumentos semestrales que se fijan por contrato ya no son del 15% sino, en promedio, sino del 18%. Según la proyección de la Defensoría con estos valores, si en agosto de 2019 se firma un contrato de un monoambiente a $12.745, el 1º de febrero de 2020, el inquilino deberá pagar $15.039, el 1º de agosto de 2020 $17.746 y el 1º de febrero de 2021 $20.940.

"Esto significa que un año y medio después de haber firmado el contrato, el inquilino pagará 64% más que al principio", destacó un informe del organismo. "La fórmula de alquileres altos y salarios devaluados restringe el acceso a la vivienda, un derecho básico que significa vivir y dormir bajo un techo digno", señaló Fernando Muñoz, director del Programa de Atención a Inquilinos. El funcionario destacó que "el desfile de inquilinos que nos consultan porque ya no pueden pagar el alquiler es un testimonio de este récord histórico lamentable que solo sumará más conflictos y pobreza". 

En relación a las expensas, la Defensoría señaló que el promedio para departamentos de un ambiente es de $3.216, para dos ambientes, $3.775 y para tres ambientes, $4.763.
En este sentido Muñoz señaló que "necesitamos una ley de expensas justas. Nunca los inquilinos pagaron tantos gastos extraordinarios como lo están haciendo actualmente. La renovación de todas las cañerías de gas, pintura del edificio, cambios de calderas, se cargan a la cuenta de un trabajador que fugazmente habita el inmueble durante apenas 24 meses".

Muñoz recordó que no existe desde el punto de vista legal la posibilidad de discutir el precio de la locación con el propietario y la agencia inmobiliaria pero sí se puede estipular en el contrato que durante su duración no se alteren los valores. "Son inválidos o ilegales las propuestas o cláusulas de indexación que plantee que porque sube el dólar o la inflación es mayor a la prevista se pueda ajustar el alquiler. El número se debe respetar los 24 meses que dure el contrato", recordó Muñoz.

Viviendas ociosas

En cuanto a las viviendas desocupadas, la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ) recordó un informe de la Dirección General de Estadísticas y Censos, en el que señaló que se construyeron más de 195 mil viviendas entre los años 2005 y 2018, de las cuales más del 50% son suntuosas y lujosas. De esta manera, ACIJ consideró que estas construcciones no tienen relación con el problema habitacional en el distrito. Distrito en el que, según los números incorporados en su análisis, más de 300 mil porteños habitan en villas y asentamientos, cerca de 7.500 personas están en situación calle y más del 35% destinan gran parte de sus salarios al alquiler de un hogar, bajo las condiciones del mercado inmobiliario. En este contexto, Rosario Fassina, socióloga del área Derecho a la Ciudad de la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ), afirmó que el relevamiento le puso un número a la problemática y promovió una metodología para calcular las propiedades ociosas, estableciendo un mínimo de consumo para una sola persona y una familia.

La especialista marcó que existe una Ciudad sin techo en su crecimiento: "Cada vez hay más viviendas y mayores construcciones". Sin embargo. las "necesidades habitacionales van por caminos separados de esas capacidades constructivas". Las obras suelen ser un mecanismo de inversión y generan "una brecha entre ambas realidades".

Si bien valoró este estudio preliminar (confeccionado en conjunto con organizaciones), Fassina planteó que el Ejecutivo porteño deberá examinar las causas de viviendas vacías y pensar de qué manera "vamos a regularlo, como ya lo están haciendo otras capitales del mundo". En este sentido, habló de un ordenamiento sobre el mercado para proteger los derechos de la población, "en una Ciudad que tiene la misma población desde 1947, pero donde el déficit habitacional no para de crecer".


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