Cultura | Homenajes en el centenario de Cortázar
30/08
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Monumento en Biblioteca Nacional y muestra en Bellas Artes
Un monumento en homenaje al escritor Julio Cortázar, de quien se cumplió un centenario de su nacimiento, fue inaugurado el viernes en los jardines de la Biblioteca Nacional. En tanto que fotografías, correspondencia, documentación y películas de Cortázar se exhiben desde hoy en Bellas Artes. Por Belén Sosa Buenos Aires, 30 de agosto de 2014. Un monumento en homenaje al escritor Julio Cortázar, de quien se cumplió un centenario de su nacimiento el 26, fue inaugurado el viernes en los jardines de la Biblioteca Nacional con el emplazamiento de la obra que fue donada por la artista y legisladora porteña Susana Rinaldi.
En una emotiva ceremonia que tuvo lugar en el jardín “Plaza Seca Avenida Libertador", el director de la Biblioteca Horacio González, recordó al autor de Rayuela e Historias de Cronopios y de Famas.
El monumento fue donado por Rinaldi a partir de un proyecto legislativo de su autoría, aprobado en junio por el Parlamento porteño, y fue realizado por la escultora Yamila Cartannilica.
"Quiero agradecer la posibilidad que nos han dado a quienes pensamos que valía la pena recordar a don Julio Cortázar, en su centenario, con un monumento. La Ciudad tendrá así la marca indeleble de quien fue no sólo un escritor universal, sino también una personalidad de los derechos humanos", dijo Rinaldi.
FOTOGRAFÍAS, CORRESPONDENCIA, DOCUMENTACIÓN Y PELÍCULAS DE CORTÁZAR EN BELLAS ARTES
La exposición "Los otros cielos", curada por Juan Becerra y Graciela García Romero, que abre sus puertas al público hoy en el Museo Nacional de Bellas Artes, atraviesa la vida y obra de Julio Cortázar, a partir de un emotivo recorrido por su colección personal que llega por primera vez al país, integrada por fotografías, correspondencia, documentación y películas en súper 8.
Entre otras, se puede ver la imagen que reproducimos junto a esta nota de Julio Cortázar escuchando al padre Carlos Mugica en la Federación Gráfica Bonaerense en 1973. Atrás de ellos se puede ver a Vicente Zito Lema y Jerónimo Podestá.
El itinerario trazado -a cien años de su nacimiento- sobrevuela al Cortázar "viajero, al revolucionario, al joven 'enseñoriado' que da clases en La Pampa, al galán de barba y guayabera, al melómano y al aficionado a la brutalidad del boxeo, al caminante solitario, al seudo aristócrata desdeñoso y al soldado de América latina, al niño eterno y también al novelista, cuentista, poeta, traductor y agitador político", en palabras de Juan José Becerra.
"Cortázar tenía muchísimas fotos -describe Graciela García Romero, durante la inauguración para prensa- así que tomamos dos criterios para exhibirlas: aquellas ineludibles -ancladas en el imaginario de sus lectores- y las tomadas por grandes fotógrafos, que van reflejando los cambios del autor a lo largo de su vida".
Por allí, se puede ver a un Julio de 4 años, sonriente, de remera y pantaloncitos blancos, tomado de la mano de su hermana Ofelia, o en el jardín de su casa de Banfield a los 8, o aquel jovencísimo Cortázar, en sus épocas de estudiante, de pelo engominado y anteojos negros de montura gruesa -una imagen de las menos conocidas- o el autorretrato que el autor se hizo ni bien llegó a París, y que hoy no dudaríamos en llamar la 'selfie' de Cortazar.
Momentos de sus viajes, retratos tomados por el muy reconocido René Burri; fotos de Alberto Jonquieres, de los interiores donde se escribió Rayuela; junto al padre Carlos Mugica en 1973, en la Federación Gráfica Bonaerense, de Eduardo Comesaña; junto a Mario Vargas Llosa, y en otra junto al mexicano Carlos Fuentes; o con José Lezama Lima; y también la de Dani Yaco, que lo inmortalizó en su última visita a la Argentina.
La biblioteca de Villa del Parque, vacía, en la que Cortázar supo guardar sus libros antes de instalarse en Paris, con una iluminación sugerente; las tapas de todos sus libros editados en español (48 en total), y los muebles -el escritorio, la guitarra, la silla- tal como estaban en su casa de París, también son recreados en este recorrido, cuyo diseño de montaje estuvo a cargo de Gustavo Vázquez Ocampo y Javier Jusid.
"Y ese librito de Cocteau me metió no ya de cabeza en la literatura moderna sino en el mundo moderno (...). Desde ese día leí y escribí de manera diferente", se lee en una de las salas, como un momento clave de su vida, junto a un ejemplar digitalizado de "Opio - Diario de una desintoxicación" (1931) de Jean Cocteau, que marca además las lecturas del autor.
"Si yo fuera cineasta me dedicaría a cazar crepúsculos. La película sería muda, o con una banda sonora que registrara solamente los sonidos contemporáneos del crepúsculo filmado, probablemente algún ladrido", reza otro fragmento que cita al autor, junto a las imágenes en super 8 que registraron el viaje de 33 días por la autopista París-Marsella.
Otro núcleo de la muestra reúne fotografías que Sara Facio tomó en distintos momentos de la vida de su amigo Julio Cortázar: "Él me dijo que le gustaban estas fotos que yo le había tomado porque se parecía a Humphrey Bogart y yo le contesté 'Ya quisiera Humphrey Bogart parecerse a vos'", cuenta Facio, sonriente, demostrando el cariño y la amistad que la unía con el escritor.
Además, este conjunto reúne fotos de un Cortázar bromista, con una máscara de monstruo, asustando a Gabriel García Márquez, que Facio retrató: "Nunca pensé que estas imágenes iban a estar colgadas de un museo porque simplemente eran hechas desde la amistad".
Algunas fotografías inéditas, del escritor junto al río Sena, en París, y otras junto a la plana mayor del sandinismo, o junto a comandantes de la revolución nicaragüense, el día que recibió la Orden Rubén Darío completan el itinerario.
"Incorporamos además la idea de un Cortázar curador", explica Becerra frente a una de las últimas salas del recorrido, que reúne un conjunto de obras de arte que pertenecen a la colección del museo, mencionadas por Cortázar en su libro "Territorios" (1977), como los grabados en serigrafía de Luis Tomasello, el óleo de Jean Fautrier, las acuarelas de Julio Silva o las pinturas de Eduardo Jonquieres.
Finalmente, se puede ver proyectado sobre el piso del Pabellón, en once rectángulos, una rayuela inspirada por la que dibujara Cortázar, con imágenes importantes de su vida. Por otra parte, en las salas del segundo piso se expone “Los fotógrafos: ventanas a Julio Cortázar”, desde la óptica de aquellos fotógrafos profesionales que lo conocieron personalmente, entre ellos Antonio Gálvez, Sara Facio, Alicia D´Amico, Carlos Bosch.
Ambas exposiciones cuentan con el apoyo de la Asociación Amigos del MNBA y se enmarcan en las actividades previstas para conmemorar el Año Cortázar 2014: cien años con Julio, que organizan en conjunto el Ministerio de Cultura de la Nación, el Museo Nacional de Bellas Artes, la Biblioteca Nacional, el Museo del Libro y de la Lengua, la Casa Nacional del Bicentenario, el Palais de Glace y la Televisión Pública.
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