Cultura | Muestra en el Muntref

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La biografía intelectual de Raquel Forner

La muestra "Raquel Forner: Presagios e invenciones de la modernidad", que se inauguró en el Muntref (Museo de la Universidad de Tres de Febrero) pone el acento en la biografía intelectual de la artista, en un recorrido que intenta desactivar la inercia de la cronología, buscando nuevas pistas para resignificar su obra. Por Belén Sosa Buenos Aires, 12 de octubre de 2013. En una entrevista publicada por la agencia estatal de noticias Télam, la directora de la maestría en Curaduría de la Universidad de Tres de Febrero dijo que la idea fue trabajar con los materiales de la artista, "pero buscando ciertas pistas que exceden la pintura y los dibujos, como es su archivo y biblioteca (pertenecientes a la Fundación Forner-Bigatti)".

"Se trata de pensar con imágenes, entendiendo no solo las obras, los libros, los documentos, pensar con los objetos e ir más allá de lo que manda el relato canónico y avanzar hacia otras derivas como propone esta muestra: un recorrido que obliga al espectador a nuevas formas de exploración", dispara Diana Wechsler, a cargo del concepto curatorial de la exposición.

La conjunción entre archivo, biblioteca y colección se advierte al recorrer la muestra en la que sobresale mucho material sobre papel.

"Incluye desde dibujos preparatorios, bocetos de obra, a trabajos que tienen absoluta autonomía, obras en color sobre papel y algunos en papel artesanal que tienen mucho vigor", señaló. También hay litografías y objetos que tienen que ver con cierto proceso de pensamiento visual que desarrolla con las piedras.

"Ella juntaba piedras en la playa y buscaba recorridos, armonías entre un agujerito o un punto más elevado y ahora las exhibimos con algunas marcas de ella -de pintura y demás- y ahí se ve la relación entre esos procesos de cierto automatismo o búsqueda del accidente, o de los ritmos presentes en los objetos encontrados, y lo que pasa con su obra sobre todo de los 60 en adelante", apunta.

También, prosigue Wechsler, "hay una gestualidad que parece una danza de la mano sobre el papel que va generando formas a la vez, donde hay una clave que recorre la exposición y muestra todos los elementos que ella tiene disponible para la representación: desde la figuración monumental, la gestualidad de la materialidad mas expresiva hasta el accidente o automatismo surreal".

En ese sentido, "situarla en la trama de todas estas cosas implica mostrar una Forner en la cual pasado y presente están juntos. Uno entra a la sala y se encuentra con un tema muy importante en su obra: el diálogo. Hay cuatro obras de épocas diferentes donde el mismo tema adopta distintos modos de representación".

De esta manera, considera la curadora, "el público tiene una introducción con ciertas vecindades de temas y pistas sobre lo que se ve en la exposición, que es de una diversidad muy grande". Hay un tramo que atraviesa las dos series de los 30 y 40 "pero en vez de situarlas con el recorrido cronológico de la serie, hacen un contrapunto entre algunas piezas de pintura, algunos bocetos que remiten a esas piezas u otras que no están incorporadas a la muestra pero que están citadas en esos fondos que hace Forner, donde siempre cita otras obras suyas".

"Y jugando -subraya- con ciertas continuidades iconográficas: `ni ver, ni oír, ni hablar`; esas caras, que son rostro y calavera, las manos sangrantes y la presencia de su autorretrato que aparece o desaparece en la representación".

Al atravesar la sala, el público se encuentra con un ritmo que por el modo de organización se puede ir leyendo "y me interesa que la gente vaya descubriendo esas claves, que juegue entre el dibujo y la pintura, y también las vitrinas que están con documentación".

Al ingresar hay un resumen biográfico y después sólo cuatro textos que informan sobre algunas hipótesis que sobrevuelan la muestra. "Básicamente el recorrido esta disponible para que el publico mire y piense con lo que esta mirando", acota Wechsler.

Luego está la zona del autorretrato -supeditado a la biografía intelectual de Forner, compuesto por su autorretrato- de la colección del Museo de Bellas Artes de La Plata-, muy potente donde cita su propia obra.

"Aparece ella con un montón de referencias al arte del pasado, a su marido, a su propia imagen y a la vez ese retrato rebota, con una fotografía que le hizo Anatole Saderman en donde ella está en su estudio y los elementos que la rodean tienen mucho que ver con el autorretrato que pintó", describe la curadora.

A su vez, el gabinete exhibe partes de la biblioteca de Forner, con los libros de frente para que el público vea que leía: "Antes de viajar en 1929 a Europa había leído volúmenes que la situaban muy en el debate del arte contemporáneo. Tenía muchas revistas de arte, política, historia, arquitectura. Quise mostrar pistas de sus lecturas y hay también documentos y fotografías".

Y la serie de las lunas y los astros seres: "Por primera vez se ven unos dibujos de la Fundación Forner-Bigatti, increíbles, algunos bocetos para el mural que está en la OEA, para mostrar su trayectoria internacional y como bonus track un material fílmico, uno de 1963 y otro de 1983, el año en que la conocí en el Museo Nacional de Bellas Artes. Nunca me imaginé que iba a ser de ella un tema de investigación".

La muestra se puede visitar hasta el 15 de diciembre en Valentín Gómez 4838, Caseros (provincia de Buenos Aires), de lunes a domingos de 11 a 20. Visitas participativas: sábados 15.30 y 17 y los domingos a las 17.

BREVE BIOGRAFÍA

Forner (1902-1988) fue pintora, escultora y profesora de dibujo. En su vida artística evolucionó del naturalismo a un expresionismo muy personal. Perteneciente al movimiento Grupo Florida ganó entre otros premios la medalla de oro en la Exposición Internacional de París en 1937.

En 1936 se casó con el escultor Alfredo Bigatti con quien había fundado los cursos Libres de Arte Plástico. Un año más tarde ganó la medalla de Oro en la Exposición Internacional de París.

Hizo una serie basada en la Guerra Civil Española, que por momentos se acerca al surrealismo. A partir de entonces sus obras muestran los males del mundo, además de dibujar seres mutantes y alienígenas. Forner expuso sus cuadros en galerías y museos de diversos países, entre ellos Alemania, Francia, Suiza, Colombia, México, Estados Unidos, Canadá, Brasil y Portugal.





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