Cultura | Una nueva atracción

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Paseo de las Esculturas

El corredor entre el edificio del Museo y la sede de Amigos del Bellas Artes ofrece un nuevo espacio de exhibición al aire libre desde el lunes pasado. Se trata del Paseo de las Esculturas, un espacio al aire libre de 2000 metros cuadrados, que está abierto al público de lunes a domingo de 9 a 19. Por Mariela Sosa Buenos Aires, 21 de febrero de 2025. El Museo Nacional de Bellas Artes abrió al público a partir del lunes 17 de febrero el Paseo de las Esculturas, un espacio al aire libre de 2000 metros cuadrados, recuperado y parquizado, gracias a un proyecto conjunto realizado por el Museo, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y Amigos del Bellas Artes.

Se trata de un corredor ubicado entre el edificio principal del Bellas Artes, sobre la Avenida del Libertador, y el Pabellón de exposiciones temporarias y la sede de Amigos del Bellas Artes, en la Avenida Figueroa Alcorta.

El Paseo de las Esculturas está pensado como una extensión del Museo: una nueva sala de exposiciones al aire libre, donde se emplazaron esculturas de la colección permanente del Bellas Artes y del patrimonio de la Ciudad de Buenos Aires. “La revitalización y puesta en valor del espacio entre los dos edificios, su parquización y la creación del jardín de esculturas nos permite extender parte de las actividades del Museo al aire libre, en un entorno bellísimo y natural”, afirma Andrés Duprat, director del Bellas Artes.

“Este lugar se encontraba degradado, se usaba de estacionamiento y tenía construcciones precarias adosadas al magnífico Pabellón ideado en 1960 por los arquitectos César Janello, Rubén Fraile y Jorge Gómez Alais. Ahora, en una asociación virtuosa entre Nación, Ciudad, la Asociación de Amigos y el propio Museo, lo hemos vuelto a su estado original como parque público”, agrega Duprat.

“Además de disfrutar del paseo y de las obras de arte allí expuestas –adelanta el director–, los visitantes podrán participar de actividades al aire libre como conciertos, performances, visitas guiadas y demás acciones culturales programadas para los diferentes públicos”.

De la colección del Bellas Artes, el Paseo de las Esculturas exhibe las piezas “Marejada” (1970), de Noemí Gerstein; “El deseo” (1955), de Líbero Badii; y “Juegos del viento” (2014), de Vechy Logioio, donada recientemente por la propia artista. Además, del patrimonio municipal pueden verse las esculturas “Heracles” (1909), del francés Antoine Bourdelle, y “El Inmigrante” (1936), del argentino Alberto Lagos.

Estas obras se integran así al entorno urbano y se incorporan a la trama de esculturas emplazadas en la Plaza Rubén Darío, circundante a los edificios del Museo y de Amigos, que reúne piezas como “Hierroform”, de María Juana Heras Velasco; “Clamor de la fraternidad”, de Luis Arata; y “Serena”, de Silvio Giangrande –de la colección del Bellas Artes–; junto con “Hacia la luz”, de Julio Le Parc; “El centauro herido”, de Bourdelle; y ”Desarrollo espacial”, de Enio Iommi, entre otras.

El Paseo de las Esculturas del Museo Nacional de Bellas Artes está abierto al público de lunes a domingo de 9 a 19.

Detalle de las esculturas exhibidas

La obra “Marejada”, realizada en 1970 por Noemí Gerstein (Ciudad de Buenos Aires, Argentina, 1908-1996), está conformada por placas de acero inoxidable soldadas de 290 x 140 x 150 cm y pertenece a la Colección Museo Nacional de Bellas Artes.

Gerstein, tras estudiar el profesorado en ciencia, asistió a cursos libres en la Escuela Superior de Bellas Artes y al taller de la pareja de artistas rusos Stephan Erzia y Tamara Severova. En 1934, mientras ejercía como maestra, comenzó a tomar clases con Alfredo Bigatti. Llevó a cabo su primera exposición individual en la galería Peuser en 1948. A principios de la década de 1950, viajó a París, donde estudió en la Académie de la Grande Chaumière con el escultor bielorruso Ossip Zadkine e inició su camino hacia la abstracción. De vuelta en Buenos Aires, experimentó con formas orgánicas realizadas en mármol, cemento o bronce.

El punto de inflexión de su trayectoria se dio a sus 45 años de edad, cuando comenzó a componer piezas por adición de recortes de varillas de hierro o tubos de bronce, unidas entre sí por soldadura. Fue seleccionada en 1962 como parte del envío argentino a la Bienal de Venecia y, en 1975, fue la primera mujer en ser nombrada académica de número por la Academia Nacional de Bellas Artes.

“El deseo”, realizado en 1955 por Líbero Badii (Arezzo, Italia, 1916-Ciudad de Buenos Aires, Argentina, 2001), es un bronce de 65 x 200 cm, que también pertenece a la Colección Museo Nacional de Bellas Artes.

Badii se inició en la escultura en el taller de marmolería de su padre. Años después, radicado en Buenos Aires, continuó su formación con Carlos de la Cárcova y Ernesto Soto Avedaño. Al finalizar sus estudios, inició un viaje por el norte argentino, que luego se extendió hacia Bolivia, Perú y Ecuador. América significó para él la posibilidad de abrirse hacia nuevos campos imaginativos que rompían con su formación académica. Su obra forma parte de colecciones nacionales e internacionales, como las del Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires, el Museo de Arte Moderno de Nueva York y el Museo de Arte Moderno de París, entre otras.

“Juegos del viento”, creada en 2014 por Vechy Logioio (La Pampa, Argentina, 1930), es una fundición de bronce de 200 x 110 x 160 cm, que asimismo pertenece a la Colección Museo Nacional de Bellas Artes.

En su juventud Logioio estudió música y vivió en distintas ciudades de Europa. Se formó como pintora en Turín como discípula de Felice Casorati. Luego regresó al país y frecuentó los talleres de Emilio Pettoruti, Horacio Butler y Santiago Cogorno. En 1996 realizó su primera muestra de esculturas. Expuso en Argentina, Estados Unidos, España, Venezuela, Uruguay y México.

La obra  “Héraclès archer” (Heracles, el arquero), creada en 1909 es de Antoine Bourdelle (Francia, Montauban, 1861 - Francia, Le Vésinet, 1929), Se trata de un modelado fundido en bronce que integra la Colección Ciudad de Buenos Aires.

Bourdelle comenzó a trabajar como grabador de madera en el taller de ebanistería de su padre. Ingresó a la Escuela de Bellas Artes de Toulouse gracias a sus conocimientos en dibujo.  

En 1884 fue becado para estudiar en la Escuela Superior de Bellas Artes de Toulouse, donde fue discípulo de Falguiére, Dalou y de Carpeaux. En la década de 1890 su obra estaba muy influida por Auguste Rodin, a quien había conocido en París, y con quien trabajó como ayudante desde 1893 a 1898. En 1924 fue galardonado con la Legión de Honor. Actualmente existe el Museo Bourdelle en París, donde fuera su antiguo taller entre 1884 y 1929.

“El inmigrante”, realizado en 1936 por Alberto Lagos (La Plata, Argentina, 1885 - Ciudad de Buenos Aires, Argentina, 1960), también es un modelado fundido en bronce, que integra la Colección Ciudad de Buenos Aires.

Lagos estudió en la Facultad de Arquitectura hasta que el escultor catalán Torcuato Tasso, al ver sus dibujos, le propuso dedicarse a la escultura. En 1909 viajó a París, becado por el gobierno de la provincia de Buenos Aires, donde estudió con Víctor Segoffin y formó el “Nouveau Groupe” con los escultores Paul Landowski y Paul Pauli. Luego viajó a España, donde trabajó junto a Joaquín Sorolla y Bastida. A su vuelta a Buenos Aires fue nombrado profesor de escultura en la Academia de Bellas Artes y de dibujo en la Escuela Nacional de Artes Decorativas. También fue miembro de diversas instituciones culturales, como la Comisión Nacional de Bellas Artes, el Teatro Colón y la Sociedad Argentina de Artistas Plásticos.


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