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Macri presionado por LLA

La Libertad Avanza presiona al gobierno de Jorge Macri para dejar su impronta en el Presupuesto 2025 de la Ciudad de Buenos Aires, condicionando su apoyo a la implementación de medidas de ajuste fiscal alineadas con el modelo económico nacional de Javier Milei. La discusión presupuestaria se convierte en un escenario de disputa ideológica y estratégica, donde se juega no solo el rumbo económico de la Ciudad, sino también el posicionamiento de los actores políticos de cara al futuro. Por Martín Pérez Díaz Buenos Aires, 14 de noviembre de 2025. Las negociaciones para la aprobación del Presupuesto 2025 en la Ciudad de Buenos Aires se desarrollan en un clima de tensión política. El jefe de Gobierno, Jorge Macri, busca consolidar su segundo año de gestión con un respaldo legislativo más sólido que el obtenido en 2024, mientras el bloque porteño de La Libertad Avanza (LLA) se posiciona como actor clave en la discusión presupuestaria. El partido liderado por Karina Milei en el distrito capitalino exige la incorporación de un paquete de reformas fiscales que refleje el ideario libertario de desregulación y baja de presión tributaria.

La discusión presupuestaria representa el primer test político del año para el oficialismo porteño y podría redefinir el equilibrio de poder en la Legislatura. Los principales interlocutores son Jorge Macri y Paola Michielotto, presidenta de la Comisión de Hacienda y Presupuesto, por parte del Ejecutivo, y Pilar Ramírez, titular de LLA en la Ciudad, por el bloque libertario. A diferencia del año anterior, cuando LLA votó en contra del proyecto oficial, en esta oportunidad el partido violeta busca negociar su apoyo a cambio de reformas concretas que beneficien a su base electoral.

El paquete fiscal propuesto por La Libertad Avanza incluye tres ejes principales: bonificaciones en el Impuesto sobre los Ingresos Brutos para monotributistas, reducción del Impuesto de Sellos en operaciones patrimoniales y eliminación de derechos superpuestos en servicios públicos. Estas medidas apuntan a aliviar la carga tributaria sobre pequeños contribuyentes, profesionales independientes y sectores medios, que constituyen el núcleo duro del voto libertario en la Ciudad.

La iniciativa más destacada es la bonificación total o parcial del Impuesto sobre los Ingresos Brutos para quienes tributan bajo el Régimen Simplificado. El esquema contempla una exención del 100% para las tres categorías más bajas del monotributo y del 75% para las cinco siguientes, siempre que se trate de personas humanas o pequeñas sociedades de hasta tres socios no organizadas como empresas. El beneficio alcanzaría a entre 110.000 y 130.000 contribuyentes, entre cuentapropistas, comerciantes y profesionales, y tendría un costo fiscal estimado de entre 0,3 y 0,5 puntos del producto bruto geográfico porteño.

Otra propuesta relevante es la reducción del Impuesto de Sellos, que actualmente representa una fuente estable de ingresos para el gobierno porteño. LLA plantea recortes en las alícuotas aplicadas a la compraventa de vehículos e inmuebles, así como a las transmisiones patrimoniales. En concreto, se propone bajar del 3 al 1,2% en el caso de autos, del 3,5 al 1,75% en operaciones inmobiliarias y del 0,5 al 0,25% en herencias y división de bienes. El objetivo es estimular la formalización de transacciones y reactivar mercados paralizados, aunque el impacto fiscal sería significativo: entre 20.000 y 25.000 millones de pesos anuales.

Finalmente, el bloque libertario propone derogar el artículo 77 de la Ley Arancelaria, que habilita el cobro de derechos de timbre por servicios que, según argumentan, ya están cubiertos por el ABL, como el bacheo o la reparación de veredas. Aunque el impacto económico sería marginal, la medida tiene un alto valor simbólico como señal contra lo que LLA denomina “impuestos encubiertos”.

Estas propuestas se inscriben en una estrategia de doble objetivo: alinearse con la política económica nacional de Javier Milei y consolidar el rol de La Libertad Avanza como fuerza determinante en la política porteña. El partido busca dejar su marca en las cuentas públicas y posicionarse como socio estratégico del PRO en la administración local, con la mirada puesta en las elecciones de 2027.

El gobierno de Jorge Macri, por su parte, enfrenta el desafío de equilibrar las demandas libertarias con las necesidades de financiamiento de la gestión. El Presupuesto 2025, aprobado en diciembre de 2024 con apoyo de la UCR y LLA, prioriza la inversión en educación, seguridad y obra pública, pero incluye ajustes en impuestos locales y modificaciones al Código Fiscal. La negociación con LLA podría implicar nuevas concesiones que tensionen el equilibrio fiscal y obliguen a revisar partidas sensibles.

En este contexto, la discusión presupuestaria se convierte en un escenario de disputa ideológica y estratégica, donde se juega no solo el rumbo económico de la Ciudad, sino también el posicionamiento de los actores políticos de cara al futuro. La Libertad Avanza, fortalecida por su desempeño electoral y su alianza con el PRO, busca capitalizar su influencia legislativa para avanzar con su agenda de reformas. El oficialismo, en tanto, deberá decidir si cede terreno para garantizar la gobernabilidad o si enfrenta el riesgo de una nueva fractura en la Legislatura.



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