Información general | Segunda fundación de la ciudad

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Hace 444 años volvió a nacer

La Ciudad de Buenos Aires tuvo dos fundaciones: la primera en 1536, encabezada por Pedro de Mendoza, y la segunda llevada a cabo en 1580 por la expedición al mando de Juan de Garay. El martes 11 de junio se cumplieron 444 años de aquel hecho histórico, realizado en su mayoría por jóvenes nacidos en lo que hoy es Paraguay. Por Joaquín Ramírez Souto
Buenos Aires, 14 de junio de 2024. La ciudad de Buenos Aires tuvo dos fundaciones. La primera tuvo lugar en 1536 y fue realizada por Pedro de Mendoza. La segunda fue llevada adelante por Juan de Garay en 1580.

En enero de 1536 llegó Don Pedro de Mendoza con sus 14 navíos, 1.500 hombres y unas pocas mujeres al Río de la Plata. El 3 de febrero fundó la ciudad de la "Santísima Trinidad y el puerto de Nuestra Señora de los Buenos Aires". Esa fue el primer intento de crear aquí una urbe colonial. Pero los constantes ataques de los indios querandíes, la falta de alimentos y la aparición de enfermedades obligaron a los conquistadores a abandonar el lugar. Sólo quedaron unas pocas vacas, toros y caballos que con el tiempo se transformarían en la principal riqueza de estas tierras.

Algunos miembros de la expedición de Mendoza decidieron volver a España, otros remontaron el río Paraná y fundaron en 1537 la ciudad de Asunción. Allí fueron bien recibidos por los guaraníes. Los españoles lograron establecerse y formaron parejas con las aborígenes, dando lugar al mestizaje. Desde allí partió la expedición de don Juan de Garay, que fundaría Santa Fe en 1573, y refundaría Buenos Aires en 1580.

En una carta al Rey, Juan de Garay le explicaba la necesidad de fundar un puerto sobre el Río de la Plata, para "que abriésemos las puertas a la tierra y no estuviésemos encerrados". Así se rompería el aislamiento de Asunción, se frenaría el avance portugués y se abriría un puerto alternativo de salida para los metales del Alto Perú.

Cuando Garay organizó su expedición, no pudo prometerles a sus hombres ni oro, ni indios mansos, porque no los había en el Plata. Se comprometió entonces a entregarles tierra y ganado que sí abundaban en la región. Sesenta y dos hombres y una mujer acompañaron a Garay. Sólo diez eran españoles, el resto eran "hijos de la tierra", como se llamaba entonces a los americanos. El sábado 11 de junio de 1580, Garay fundó definitivamente Buenos Aires y plantó el rollo en la Plaza Mayor, actual Plaza de Mayo.

La Buenos Aires de 1580 se circunscribía a la zona limitada al Este por el Río de la Plata, al Oeste, por las calles Salta y su continuación Libertad, Viamonte, al Norte e Independencia, al sur.

A partir de entonces se produjo el reparto de tierras entre muchos de quiénes lo acompañaban y se estableció el Cabildo de Buenos Aires. Desde el punto de vista estratégico, las aguas poco profundas del Rio de la Plata ofrecían a los nuevos habitantes una defensa natural contra las naves enemigas, dado que no permitían la llegada directa de éstas a tierra firme.

Para principios del siglo XVII, Buenos Aires estaba constituida por doscientas cincuenta manzanas rectangulares, contando con un fuerte, tres conventos y varias casas de barro y paja. Ya para mediados del mismo siglo, la población de la ciudad se estimaba en tres mil habitantes. La lejanía con los grandes centros urbanos y comerciales implicó, durante un buen tiempo, la falta de todo tipo de recursos.

En 1776 se crea el Virreinato del Rio de Plata y Buenos Aires pasa a ser su capital. Como ciudad portuaria, permitía una vía de comunicación fluida hacia España a través del Atlántico. A partir entonces, Buenos Aires se vio favorecida en su desarrollo, gracias al incremento del comercio y la relevancia en términos administrativos. La ciudad se convirtió así en la principal proveedora de productos importados en el interior del país y la región pampeana incrementó la exportación de productos ganaderos.

Entre 1780 y 1800 la ciudad progresó sustantivamente, recibiendo una fuerte afluencia de inmigrantes que se dedicaban fundamentalmente al comercio y a las actividades rurales. Esa prosperidad favoreció también, el arribo de las ideas liberales provenientes de Europa que desembocarían años más tarde en la Revolución de Mayo.


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