Política | Descarrilamiento

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Veinte heridos

Veinte personas resultaron heridas tras el descarrilamiento de un tren de la línea Sarmiento en el barrio porteño de Liniers. El hecho ocurrió el martes 11 de noviembre por la tarde y movilizó un amplio operativo de emergencia. El descarrilamiento en Liniers se produjo el mismo día en que se conoció la orden de detención contra el exministro de Planificación Federal Julio De Vido por la tragedia de Once, ocurrida en febrero de 2012. En este nuevo incidente, aunque no hubo víctimas fatales, se reavivó el debate sobre el estado de la infraestructura ferroviaria en el país. Por Mailén González Buenos Aires, 14 de noviembre de 2025. Una formación del ferrocarril Sarmiento descarriló el martes 11 de noviembre de 2025 a las 15:43 horas en la intersección de la avenida Rivadavia y la calle Timoteo Gordillo, a escasos metros de la estación Liniers, en el oeste de la Ciudad de Buenos Aires. El tren se dirigía hacia la terminal de Once cuando, a baja velocidad, tres de sus vagones se descalzaron y quedaron desplazados sobre una vía paralela. El incidente provocó la interrupción del servicio ferroviario en el área metropolitana y dejó un saldo de 20 personas heridas, según confirmó el Sistema de Atención Médica de Emergencia (SAME).

De los 20 lesionados, 11 fueron atendidos en el lugar por personal médico, mientras que los nueve restantes fueron trasladados a distintos centros de salud. Los hospitales que recibieron a los heridos fueron el Hospital Vélez Sarsfield, el Hospital Santojanni, el Hospital Piñero y el Hospital Durand. De acuerdo con el SAME, 14 de los afectados son adultos, dos son menores de edad y en cuatro casos no se pudo determinar la edad al momento del relevamiento. Afortunadamente, ninguno de los casos reviste gravedad.

El descarrilamiento se produjo en un horario de alta circulación, y la formación se encontraba con una importante cantidad de pasajeros. Las imágenes captadas por cámaras de seguridad y difundidas por medios como Todo Noticias muestran cómo el anteúltimo vagón se desvió repentinamente al abrirse el mecanismo de cambio de vía, lo que provocó el descalce. Esta hipótesis, aunque aún no confirmada oficialmente por Trenes Argentinos, es la principal línea de investigación que manejan las autoridades. La causa quedó en manos del juez federal Julián Ercolini, quien ordenó peritajes técnicos para determinar las condiciones del material rodante y del sistema de señalización.

Tras el accidente, se desplegó un amplio operativo de emergencia que incluyó la participación de personal del SAME, efectivos de los Bomberos de la Ciudad, agentes de la Policía Federal Argentina y miembros de la Brigada Especial Federal de Rescate. Los equipos trabajaron en la evacuación de los pasajeros, la atención de los heridos y la estabilización de la formación. También se realizaron tareas de control en la zona para evitar nuevos incidentes y facilitar el trabajo de los peritos.

El servicio de la línea Sarmiento fue suspendido parcialmente durante varias horas. Las formaciones no llegaron a la terminal de Once y se establecieron recorridos alternativos. Trenes Argentinos informó que el servicio se normalizó progresivamente, aunque con demoras y sin paradas en la zona afectada. El hecho generó preocupación entre los usuarios del sistema ferroviario, especialmente por los antecedentes de accidentes graves en la misma línea.

El descarrilamiento en Liniers se produjo el mismo día en que se conoció la orden de detención contra el exministro de Planificación Federal Julio De Vido por la tragedia de Once, ocurrida en febrero de 2012. En aquel episodio, una formación del Sarmiento colisionó contra los paragolpes de la estación terminal, provocando la muerte de 51 personas y dejando más de 700 heridos. El hecho marcó un antes y un después en la política ferroviaria argentina y derivó en múltiples procesos judiciales por corrupción y negligencia.

En este nuevo incidente, aunque no hubo víctimas fatales, se reavivó el debate sobre el estado de la infraestructura ferroviaria en el país. Diversos medios y especialistas señalaron que el sistema atraviesa una etapa crítica, agravada por el desfinanciamiento y la paralización de obras clave como el soterramiento del tren Sarmiento, un proyecto que prometía mejorar la seguridad y la conectividad en el oeste del Gran Buenos Aires. La iniciativa, que comenzó en 2016, fue abandonada en 2020 y desde entonces no se retomaron los trabajos.

El gobierno nacional, encabezado por Javier Milei, ha impulsado una política de ajuste que afecta directamente a los servicios públicos, incluyendo el transporte ferroviario. La falta de inversión en mantenimiento, renovación de vías y modernización de señales ha sido denunciada por sindicatos y organizaciones de usuarios. En este contexto, el descarrilamiento en Liniers se convierte en un nuevo llamado de atención sobre los riesgos que enfrenta el sistema ferroviario argentino.

Mientras se esperan los resultados de la investigación judicial, los pasajeros afectados recibieron asistencia médica y psicológica. Las autoridades prometieron revisar los protocolos de seguridad y reforzar los controles en los puntos críticos de la red. Sin embargo, el episodio dejó en evidencia la fragilidad de un sistema que, pese a su importancia estratégica, continúa operando con serias deficiencias estructurales.


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